"La Audacia De Iskender" (5x03)

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Tarkan Iskender Aga.

Desciendo la colina corriendo a toda velocidad ignorando el dolor de mi cuerpo y la sangre que cae por mi brazo.

Al sentirme desorientado me detengo en una calle con cuatro direcciones.
Por más que giro y giro buscando un lugar que me recuerde cómo llegar al Puerto Mercante, nada me parece familiar.

Cierro mis ojos y comienzo a llorar.

Vamos Iskender. —Sollozo. –Ten calma, ten calma.

Me acerco a una de las viviendas del lugar y veo un hombre sentado junto a una mesa.

!Disculpe señor! —Grito hacia el interior.

El hombre se levanta y abre la puerta.

Por Alá muchacho, tranquilízate un poco, ¿Qué te angustia tanto?

–Necesito llegar al Puerto, por favor indíqueme dónde es. —Le suplico.

El hombre avanza unos pasos fuera de la casa y comienza a observar su entorno.

Sigue recto por ese camino, es un poco largo y llegarás a unas escaleras grandes, ve a la derecha y luego izquierda y verás al fondo de todo la Plaza Pública del Pueblo, ahí puedes volver a preguntar.

–¿Tan lejos está? —Pregunto desanimado.

¿Te esperan para zarpar a altamar? ¿Eres marino?

–No señor, necesito cruzar del otro lado.

–¿Tienes tu propio bote o planeas pedir el favor? Déjame decir que después de todos los acontecimientos, ya no están tan amigables, pero nada pierdes con intentar.

Luego de agradecerle avanzo a paso rápido por el camino señalado.


Me detengo a unos pasos de la Plaza Pública cerrando mis ojos de golpe al recordar a mis hermanos colgados allí.

Froto mis ojos con ambas manos intentando dejar de llorar, creo que casi ni me quedan lágrimas.

Solicito indicaciones y una señora en un puesto de frutas me señala volver a subir la colina y bajas por unas escaleras directo al puerto.
Al preguntar por qué, si eso era más largo, dijo que había menos posibilidad de sufrir un robo, fue muy convincente.

Tras bajar las escaleras y descender de la colina finalmente doy con el Puerto. Me acerco a uno de los hombres a cargo de uno de los barcos.

¡Señor! —Me acerco. –Por favor, lléveme del otro lado del Río.

Me observa serio unos segundos y luego voltea a ver a todos los hombres que hasta hace unos segundos se encontraban cargando enormes cajas, pero que se limitaron a reírse de mí.

¿Me estás diciendo que use mi buque de carga para trasladarte a ti, mocoso? —Se burla a carcajadas. –Ya desaparece de mi vista o te golpearé.

–Pero señor, se lo suplico, por favor.

–¡Ya lárgate!

Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora