"Eres Tu Otra Vez" (6x03)

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Principe Mehmed.

Miren chicos. —Dice Bulent. Señalando el interior raspado de la tapa del féretro. –Intentó salir.

Me acerco rápidamente al rostro de Iskender intentando percibir su respiración.

   –¡Sh! Hagan silencio. —Digo a ambos chicos, estando cerca de su boca sintiendo un leve aire salir de sus labios. –Chicos está respirando débilmente, debemos regresar al Palacio.

   –¿Está seguro Principe?

   –¿Qué dices Yigit? —Volteo a verlo.

   –Venimos de allí, y el Señor Tarkan también, ¿Podemos confiar en los médicos del Palacio para que él haga reposo?

Me quedo viendo a la nada por unos segundos.

   –Yigit tiene razón Príncipe. —Eren se acerca.

   –No podemos regresar. —Ruzgar suspira con frustración.

   –Debemos ser cuidadosos, Principe. —Añade Bulent. –Y digo "debemos" ya que a partir de ahora, somos los seis quienes nos cuidaremos las espaldas. Si usted está de acuerdo, claro.

   –Pueden tratarnos de "tú", ya se los he dicho, y si, Bulent, estoy de acuerdo que seremos los seis.

Los Aspirantes a Jenízaros me sonríen y me ayudan a cargar a Iskender.

   –Antes de ir, voy a cerrar el féretro y a rellenar el agujero, Iskender ya bebió el líquido y solo debemos esperar que despierte, no tenemos prisa.

Regreso para terminar el trabajo, y al observar la cruz de madera que supondría la lápida de Tarkan, siento un escalofrío recorrer mi cuerpo.

Con dos dedos la recojo del suelo sintiendo asco de ella, y me aproximo al enorme barranco cercano para arrojarla, para despedirme de todos los males acontecidos, y depositarlos de manera simbólica en aquella cruz.



Bulent abre la puerta de la cabaña permitiéndonos entrar con Iskender para llevarlo hasta la cama. Lo apoyamos con cuidado, Yigit y Eren respiran agitados y cansados. Caminan hasta la cocina y se sientan a recobrar el aliento.
Con Ruzgar y Bulent nos ubicamos a conversar en la terraza delantera de la pequeña cabaña.

   –Esta cabaña almacena bastantes recuerdos nuestros. —Digo viendo la construcción.
Tantas cosas... Aquí nos refugiamos.

   –¿Qué sigue ahora Príncipe? ¿Vivirás en el Palacio Imperial, o deberás ir al Antiguo?

   –Buena pregunta Ruzgar, debo averiguar cuál fue el trato que hizo mi Madre con Meleksima. Debemos recordar que ella no sabe que ustedes cuatro tienen conocimiento de la situación. Nadie más sabe que Meleksima está desquiciada.

   –Lo mantendremos en secreto Mehmed, puedes confiar en nosotros. —Yigit sonríe.

   –Si confío chicos, si confío. —Les digo hacia el interior de la cabaña.

Bulent camina hacia la baranda viendo a lo lejos las aves volando, Yigit y yo lo seguimos. Eren y Ruzgar se quedan junto a la cama con Iskender.

   –¿Alguna vez pensaron en irse de aquí? —Pregunta Bulent con seriedad. –Digo, tú ya mencionaste que te irías y nosotros cuatro nos unimos a la causa, pero, ¿Qué pensaba Tarkan sobre eso? ¿Alguna vez lo propuso?

   –Más de una vez. —Respondo viendo el suelo. –Podríamos hacerlo ahora mismo pero, no puedo abandonar a mi Madre así cómo está, necesito tener la seguridad que ella y mis hermanos estarán bien si yo desaparezco.



Luego de disculparme, ingreso a la cabaña a paso rápido luego de sentir una corazonada, y lo veo a él, a mi Tarkan Iskender Aga con sus ojos abiertos.

   –¿Mehmed? —Dice sentado en la cama.

Me abalanzo sobre él y lo rodeo con mis brazos con toda la fuerza que me permiten. Ruzgar y Eren tuvieron que apartarse rápidamente de mi camino.
Todos deciden salir para darnos privacidad.

   –Alá es grande Iskender, logró reunirnos una vez más, lo logró, me hizo el milagro.

Me separo un poco de él apreciando su rostro, algo enrojecido por el llanto y viendo la luminosidad de sus ojos.

   –Este si eres tú, y no el engreído que discutía todo con todos de hace un tiempo.

   –Desperté en un cajón, encerrado. —Se mira las manos con vendas. –Creí que era un sueño hasta que sentí el dolor en mis uñas, ¿Por qué no puedo recordar qué sucedió? Recuerdo haber peleado con tu Madre, con Ayse y también contigo. Me sentía muy solo Mehmed.

   –Ya habrá tiempo de conversar, debes descansar, te prepararé comida, mientras, quiero que veas a los chicos.

Camino a la ventana y la golpeo con un dedo indicando a nuestros amigos que pueden ingresar.

   –Oh, Alá permitió que todo se ilumine. —Dicen entrando rápidamente empujándose.

   –Tarkan, me da gusto verte despierto otra vez. —Lo saluda Bulent con una enorme sonrisa en el rostro. –Permíteme presentarte a nuestro amigo Eren.

   –¿Otro amigo? —Dice Iskender confundido. –Me había quedado en Ruzgar, y ahora debo memorizar otro nombre.

Comienzan a hablar entre ellos. Me alejo hasta la cocina y llamo a Yigit para que me ayude a preparar comida.

   –¿Crees que podamos confiar en el antidoto? —Susurro.

   –En tu situación no confiaría del todo, pero si él despertó significa que el frasco no contenía veneno. Cualquier cosa que tu o Tarkan necesiten, estaré aquí, ya encontraremos la forma de ayudarlo.

   –Te lo agradezco, tu lealtad es importante para mí. —Apoyo mi mano en su hombro.

   –¿Quieren darse prisa con eso? —Bulent nos llama la atención. –Tarkan y yo tenemos hambre, ya se hace tarde, debemos regresar al Cuartel.

   –Por hoy, los seis dormiremos aquí, Bulent. —Le señalo la cabaña.

   –¿Y el Cuartel? —Insiste.

   –Todos saben el caos durante el funeral, nadie hará preguntas, pueden decir que estaban con la Sultana Kösem o conmigo, nadie les dirá algo.

   –Berker y su grupo, si, nos molestarán.

   –No te preocupes Bulent, ustedes dormirán aquí y no me debatas.

   –De acuerdo Príncipe, lo siento.

Con Yigit vemos cómo Bulent se quita los zapatos y levanta las mantas junto a Iskender y se recuesta junto a él. Cerrando sus ojos y quedándose dormido casi al instante, como un niño muy cansado que logró ser vencido por el cansancio en un lugar cómodo y placentero, sintiendo el resguardo y la seguridad de encontrarse junto a nosotros.

Ruzgar y Eren estiran dos sábanas gruesas en el suelo y hacen una especie de almohada con sus camisas dobladas.

   –¿Qué todos se van a dormir y nadie va a comer? —Les pregunto en voz alta.

   –Créeme que dormí suficiente Mehmed. Yo si voy a comer. —Dice Tarkan Iskender sonriendo desde la cama.

Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora