Capítulo 23. Todos unidos

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Salieron del tribunal, y después de cenar se dirigieron a la casa. Entraron, en lo que se ponían de acuerdo en cómo celebrarían ese rato. Fernando llegó a tumbarse en el sillón, cerrando los ojos. Ana colocó los brazos en jarras y carraspeó.

-Ejem, Fernando. ¿Ya te vas a parar o quieres que te traiga una grúa para que te levantes? -preguntó con una falsa molestia. Él volvió a abrir los ojos y sonrió.

-Mira cómo es la vida. Hacía siete meses tú me tirabas en el sillón para impedir que me moviera. Y ahora quieres traer hasta maquinaria para quitarme de aquí.

-Es que si no fueras tan flojo no tendría esa necesidad -contestó ella, devolviéndole la sonrisa -Pícale, que hoy vamos a hacer pijamada y Sebas y yo vamos a montar una nueva coreografía.

-Ay no... Estoy muy cansado.

-Claro, se me olvida que su papá tiene osteoporosis y artritis reumatoide -dijo Ana en tono de burla -¡Ya Fernando! No seas así y convive con tus hijos.

-Sí papá, anda. No seas malo -agregó Sebas con un puchero. Todos empezaron a secundarlo.

-Si papá, o sea #Atrévete y así -insistió Fanny, imitando el gesto de su hermanito.

-Anda papito, hazlo por nosotros -pidió Luz con una carita tan tierna, que Fernando no tuvo remedio más que aceptar.

-Está bien, pero sólo porque me lo piden así -dijo con resignación.

De inmediato todos lo levantaron y comenzaron a poner pasos para la coreografía. Estuvieron más de tres horas hasta el paso final. Sebas dirigió una mirada cómplice a sus hermanos y tomó a Ana y a Fernando de las manos, colocándolos frente a frente. Cada vez se presentaban más oportunidades para molestarlos.

-Ok papá, necesito que tomes a mamá por la cintura justo así. Ajá. Ahora tú mamá, colocas tus manos en los hombros de él. Ambos hacen la cabeza hacia atrás y vuelven a su lugar. Mamá, tú te abres y das vueltas hasta quedar en los brazos de papá. Por último, te dejas caer así y tú papá la inclinas hacia el suelo. Muy bien. Ahora repítanlo a mi cuenta. ¡Cinco, seis, siete, ocho!

Lo hicieron tres veces más bajo las correcciones de Sebas. Finalmente, todos repitieron la coreografía nuevamente y la pareja quedó en última posición, sonriendo. Ana aspiró el aroma de Fernando, mientras se relajaba entre sus brazos.

-No puedo terminar de entender cómo es que siempre hueles así de rico -dijo acercándose a su boca.

-Ay mi amor. Te voy a enfrascar el aroma para que cuando no esté contigo no me extrañes y puedas "olerme" -contestó Fernando con la respiración algo agitada. Le encantaba tenerla así de cerca.

-No, una cosa es tu perfume y otra tu sudor, Fernando -exclamó Ana, sonriendo. Ambos soltaron una carcajada y juntaron las frentes. Buscaron sus labios de inmediato. El beso fue dulce, sin excederse. Siempre eran así de especiales: eran tiernos pero apasionados, y al mismo tiempo miles de emociones se hacían sentir entre ambos.

La tropa gritó de emoción y casi provocan que Fernando soltara a Ana. Volvieron a reír y trajeron el proyector para el karaoke. Cada uno sacó a relucir su parte musical. Fanny cantó Maquillaje de Mecano. Nando, Labios de Miel, de Luis Miguel. Alicia, Wings, de Little Mix. Sebastián, La música no se toca, de Alejandro Sanz. Los gemelos, Me duele la cara de ser tan guapo, de los Hombres G. Luz, Corro, Vuelo, Me Acelero, de Timbiriche. Y por último, para agregarle sabor al asunto, Ana y Fernando cantaron A esa, de Pimpinela. Los niños estaban que se morían de la risa al ver interpretar a sus padres la pelea por toda la casa con ademanes tan graciosos.

-¡Que venga! -gritó Ana desde la sala, señalando la puerta.

-¿Para qué? -respondió Fernando subiéndose al sillón.

No Te VayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora