Capítulo 16. Del baile nace el amor

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-¿Me veo bien? -preguntó Ana mientras daba una vuelta. Llevaba un precioso vestido blanco, largo y ajustado. Resaltaba perfectamente su figura y sólo llevaba una manga, que le atravesaba el cuello. La tela era de satín, elegante y sencillo. El pelo recogido en un chongo que dejaba finos caireles a los lados y maquillaje apenas perceptible, a excepción de los labios rojos.

-¡Te ves divina! Súper wow y así -dijo Fanny mientras la tomaba de la mano y hacía que diera una vuelta más.

-Preciosa -exclamó Nando, admirado.

-Obviamente la más bonita -admitió Alicia, dedicándole una sonrisa.

-Me encanta -agregó Sebas.

-¡Hermosa! -se dejaron oír al unísono los gemelos.

-Como un ángel -terminó la pequeña Luz.

-Entonces, ya que todos estamos listos, hay que bajar. Seguro su papá está impaciente y ya se nos hace tarde -mencionó la muy halagada novia, sonriéndole a sus hijos.

-Sí. Pero yo la quiero llevar -exclamó Guille, tomando a su mamá de la mano. Alex lo miró enojado.

-¡No yo! -reprochó el gemelo.

-¡Que yo, pareja! -le contestó igual de molesto su hermano. Ambos se agarraron del saco ante la gracia de todos. Luz se puso en medio y los separó, indignada.

-¡Clones! Me toca llevarla a mí -dijo la pequeña con suficiencia. Los gemelos se cruzaron de brazos, enfurruñados. Los mayores se rieron con discreción. Ana sonrió al ver a sus hijos tan unidos. Estaba agradecida con la vida por que los hubiera puesto en su camino. Fanny se colocó enfrente de sus hermanos con gesto de general, dispuesta a dar instrucciones.

-Muy bien tropa. Repasemos por última vez, ¿ok? Bajamos del mayor al menor, o sea yo primero -dijo dándose la vuelta sonriendo.

-Fanny no seas payasa -respondió Ana riéndose ante la broma de la joven -Ya, córrele que se nos hace tarde y tu papá no es tolerante con las impuntualidades. Unos minutos más y nos cuelga a todos del último poste del cerro.

-Ok, ok ya. Luz, tú llevas a Ana del brazo ¿sale pequeña? -. Fanny comenzó a dar vueltas alrededor de la fila que formaban sus hermanos. Se paró y saludó como sargento, ellos la imitaron sonriendo -Veamos tropa. ¡Formación delta ahora! ¿Están listos?

-¡Sí capitana! -respondieron todos al unísono, emocionados. Se encaminaron a la escalera bajando en el orden asignado; primero Fanny seguida de Nando, después Alicia, Sebastián y los gemelos.

Efectivamente, como Ana había dicho, Fernando los esperaba abajo con cara de pocos amigos. Estaba impaciente por verla.

-¿Y Ana? -preguntó exasperado. Volteó a ver su reloj: eran las 9.20pm. La cena comenzaría en 10 minutos y aún no bajaba. Aunque por otro lado, también estaba así porque no había podido estar con ella desde el día anterior. Las niñas habían salido con Ana desde temprano y cuando llegó a la casa no estaba. Moría por que bajara y poder tomarla entre sus brazos de una buena vez. Le hacía demasiada falta, aunque sólo hubieran sido 36 horas. La voz de su hija pequeña llamó su atención. Volteó hacia las escaleras de nuevo.

-¡Presentado a la princesa Ana! -exclamó Luz. Bajó con Ana del brazo, dejando a Fernando sin palabras. Estaba hermosa. Definitivamente hizo un buen trabajo escondiendo el vestido, ya que por semanas había tratado de encontrarlo. Ella se acercó y lo tomó tiernamente del rostro.

-¿Y bien mi amor? ¿Te gusta? -preguntó Ana mientras se contemplaba a sí misma. Levantó de nuevo la vista y sonrió. Le divertía siempre dejarlo embelesado.

No Te VayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora