Capítulo 8. Promesas no cumplidas

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-¿Qué les parece si hoy vamos al cine? O a donde sea, pero hay que salir a algún lado ¿no? -preguntó Ana a la tropa mientras terminaban de desayunar.

-Uhm. Tenemos toda la semana libre. Podemos salir de la ciudad -sugirió Nando.

-¿Y si vamos a Malinalco? -preguntó Fernando poniéndose de pie. Abrazó a Ana por detrás.

-¡Sí! -contestaron todos al unísono, emocionados. Ella sonrió al verlos.

-Muy bien. Tropa, vamos por las maletas y nos vemos aquí abajo en una hora, para salir y llegar temprano -dijo Ana igualmente entusiasmada. Los niños se levantaron, dejaron su plato en el fregadero y todos se encaminaron a la puerta, excepto Fernando. Ana lo volteó a ver, extrañada.

-Adelántense, yo subo en un momento -dijo Fernando, sonriendo para no levantar sospechas -Es que necesito checar unos pendientes en la biblioteca. Fanny, ¿me acompañas? Tengo que darte el dinero para tu curso de orientación laboral y la chequera está allá.

-Ajá -respondió algo extrañada. Fernando le guiñó un ojo para que le siguiera el juego, sin que los demás lo notaran. Comprendió y asintió, fingiendo saber de qué hablaban -Sí papá, ahora lo recuerdo. Vamos.

-Fernando, ¿está todo bien? -preguntó Ana con suspicacia. Algo tramaban.

-Sí mi amor, todo perfecto. Sólo quiero darle el dinero a Fanny antes de que nos vayamos -respondió Fernando con nerviosismo.

-¿Y qué no se lo puedes dar regresando de Malinalco?

-No, no -. respondió Fanny, interviniendo para sacar a su papá de apuros. Unas preguntas más y Ana terminaría descubriendo todo, aunque no sabía exactamente qué era ese "todo" -Ya ves que luego a mi papá se le olvidan las cosas y al rato no voy a pagar a tiempo la cuota para entrar.

-Niños, suban -ordenó Ana sin apartar la vista del par que tenía enfrente. Los pequeños subieron entre risas por la situación. Ana no tenía ni un día en la casa y ya empezaba con su papel de detective -Muy bien. No quiero que me salgan con una locura, así que díganme de una vez lo que traman.

-No tramamos nada, ya te lo dijimos -respondió Fernando, sonriendo. Ana los vio amenazadoramente y se retiró de la cocina caminando lentamente. Ambos la siguieron con la mirada hasta que su figura se perdió en el pasillo, detrás de los niños.

-Ahora sí. Princesa, necesito que me hagas un favor -dijo Fernando en un susurro.

-¿En qué te puedo ayudar?

-Mira, es que le tengo una sorpresa a Ana. Deberías ayudarme en dos cosas -. Él le explicó todo su plan a Fanny. La joven asintió emocionada -Una, que veas que tus hermanos empaquen las mudas correctas, ya tú les informarás del plan. Dos, que no le digas absolutamente nada a Ana, ¿está bien?

-Sí papá, está perfecto. #TúMuyBien

Fernando abrazó a su hija y le dio las gracias. Acto seguido, Fanny subió con sus hermanos a escondidas de Ana. Entró al cuarto de los niños y llamó a junta general. Llegaron Nando, Alicia y Luz, el resto de los varones ya estaban allí.

-¿Qué pasa Fanny? -preguntó Alicia.

-Es que papá le tiene una sorpresa a Ana. Le va a proponer matrimonio -respondió Fanny emocionada. Los niños ahogaron un grito de entusiasmo. Pero shh, no vayan a decir nada. Miren, este es el plan. Como van a ser varios días, se va a dividir en tres partes: primero... -La gran jefa les explico paso a paso la planeación que minutos antes le había dado su padre. Todos asintieron a manera de acuerdo.

-Entonces, no le podemos decir nada a Ana -dijo Guille.

-Exacto, nada de nada. Así que metan lo que necesitamos en las maletas a escondidas y actúen normal -respondió Fanny en un susurro.

No Te VayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora