Capítulo 15. Despedida de soltera

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-¡Papá! Despierta papá -gritaron los niños mientras entraban al cuarto. Fernando abrió los ojos con pesadez, no vio a Ana a su lado. Se volteó y miró a sus hijos saltar alrededor de él.

-Buenos días mi amor -lo saludó ella desde la puerta. Sonreía. Ya estaba cambiada para salir... ¿Para salir? Pero eran las 9.00am, muy temprano para ser viernes y ser un puente vacacional. Demonios. Había olvidado el trato que tenía con sus hijas. Ese día era la despedida de soltera de Ana y debía dejar la casa junto con el resto de los varones.

-Papá apúrate, que el abuelo no tarda en traer a Natalia, con eso de que el tío está de viaje y no regresa hasta mañana. Recuerda que viene por ustedes -lo apresuró Fanny mientras entraba con los mayores al cuarto.

-Buenos días papá, ¿amaneciste bien? Que no se pierdan los modales, ¿eh? Parece ser que Ana es la única que se preocupa por mí en esta casa y me saluda por las mañanas -dijo él con cierto tono de sarcasmo. Se incorporó en la cama y Ana se acercó para tomarle una mano.

-Para algo va a ser tu esposa -respondió Nando sonriendo. Todos estallaron en una carcajada y la pareja les dirigió una mirada asesina, pero terminaron riéndose también.

-Bueno Fernandou, los niños tienen razón. Debes darte prisa -mencionó Ana viendo la hora. Fernando la vio con gesto de reproche.

-¿Tú también? -preguntó mientras se ponía de pie y la abrazaba por detrás. Le susurró al oído: -Pero es que yo no me quiero separar de ti. ¿Qué va a ser de mí sin tus besos?

Ella se dio la vuelta y le sonrió -. Te entiendo, pero hoy no se puede mi amor.

-Ejem... Tórtolos -los reprendió Sebas -El tiempo corre y nos tenemos que ir. Papá, ya alístate. Vas a tener mucho tiempo para estar con ella en la boda y el resto de sus vidas. Un día no te va a hacer daño.

-Muy bien, accedo. Pero primero necesito un beso como condición antes de irme a cambiar -respondió Fernando mientras tomaba a Ana por la cintura, sonriendo. Ella no lo dudó ni un instante y lo besó dulcemente.

-Ok, ok. Ya por favor, hay niños aquí -dijo Alicia en tono de burla. La pareja se dio un pequeño beso más y se separó, yéndose Fernando a los vestidores.

-Están peor que nosotros, ¿verdad hermanas? -preguntó Nando en voz alta a Fanny y a Alicia. Ellas asintieron sonriendo y a Ana se le subió el rubor a las mejillas.

-Ya niños. Nada más quiero ver el día en que ustedes se vayan a casar, ahí sí les voy a reprochar de todo y se van a tener que aguantar -respondió devolviéndoles la sonrisa. Se sentó en la cama y suspiró. Era una de las muchas cosas que le encantaban de él, poder jugar y tomarlo a la ligera a través de besos y sonrisas.

-¡Hola! -dijo Natalia desde abajo. Nicolás había llegado y ellos ya se tenían que ir junto con Bruno. Fernando salió del vestidor ya cambiado y los gemelos se lo llevaron corriendo hacia la sala. El resto los alcanzó entre risas.

-Adiós hermosa -se despidió él antes de que lo sacaran a rastras de la casa, besándola un tanto apasionado. Tenía que aprovechar, porque aunque parecieran pocas, veinticuatro horas eran demasiadas.

-Adiós Fernandou -dijo Ana sonriendo. Agitó la mano en señal de despedida hasta que lo vio desaparecer tras la puerta. Jennifer lo reemplazó, entrando a la casa.

-¿Qué acaba de pasar? Vi a los niños arrastrando a tu prometido a la camioneta. ¿Qué no se quiere ir? -preguntó ella saludando a su amiga.

-Sí, algo así -respondió Ana, imaginándose la escena. Quién lo diría del mismísimo Fernando Lascurain: sus hijos lo tienen que obligar a entrar al coche.

No Te VayasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora