CXXVII

230 48 8
                                    

— ¿Hay algo de lo que te arrepientas en tu vida?

Dae no se esperaba esa clase de pregunta. Es decir, cuando Taemin llega a su oficina sonriente porque ha visto a Kyungsoo después de haberse puesto mal del ojo que Jongin le golpeo. 

—¿A qué te refieres?

—Hmp, ¿no tienes ningún arrepentimiento?

Dae frunce el ceño, y si bien sabe que Taemin está así porque pasa por un momento de reflexión y decepción amorosa (por parte de un Kyungsoo bastante sincero), no se imagina qué tiene eso que ver con la inversión que están planeando hacer. 

—Bueno...

—Tienes un esposo maravilloso. —Interrumpe Taemin. — Si hubiese conocido a Minseok antes que tú, también me hubiera enamorado locamente como lo estás, ¡y qué decir de tus hijos!, esos niños son como sus versiones miniatura. 

—Kyungsoo no es el único hombre en el mundo, ¿lo sabías?

Jongdae sonríe recargando su mentón en la palma de su mano observando a un Taemin que mira al suelo y asiente en silencio.

—Lo sé.

Un momento de silencio y las miradas de ambos se logran encontrar haciéndolos sonreír. 

—He hecho muchas cosas mal, a veces hago enojar a Min, soy muy impulsivo y aunque no lo parezca, hemos pasado por malos momentos auspiciados por mis malas decisiones, esos son mis arrepentimientos. 

—Oh...vaya...

—¿Sabes?, hay un doctor, se llama Choi Minho.

—¿Estás buscándome una cita?

—Nop, estoy buscándote alguien que te pueda curar ese ojo y que no te rompa el corazón cada que lo veas. 

Jongdae muestras sus dientes al sonreír y Taemin termina riendo tocándose el pecho con fuerza.

—¿Y es bueno? 

—Mmm...podría decirse, que es el ideal para ti. 

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora