Entre dinosaurios y doctores | ChenMin

LXIX

— Te extrañé...mucho, muchísimo...

Jongdae se aferra al cuerpo de Minseok, aprisiona con sus brazos todo lo que puede y hunde su nariz en la curva del bonito cuello que ama besar.

— Y yo a ti, mi amor...demasiado.

Habían estado ocupados entre el trabajo, preparativos de la boda y el tiempo se había reducido a llamadas nocturnas.

Había sido un verdadero castigo tener que estar separados por casi dos semanas y a menos de un mes de su boda.

— Minnie...Mi Minnie...

Minseok no sabe por qué Jongdae está llorando, pero algo le aprieta el pecho cuando las lágrimas del hombre que ama comienzan a caer.

— No llores mi amor...

— No sé qué me pasa, estoy tan sensible, te extrañaba como loco y no poder verte, no poder besarte me estaba matando. Sé que fue apenas una semana y media, pero joder, no me imagino un día sin ti en mi vida.

Y eso es todo lo que Minseok puede aguantar sin soltarse a llorar.

Abraza a su futuro esposo y este lo cubre, lo aprieta contra su pecho.

Y se siente bien. Se siente increíble como un abrazo puede transmitir un sinfín de emociones que calientan el corazón, que dan energía y más ganas de vivir.

—Te amo, te amo infinitamente... No seré capaz de amar a nadie más que no seas tú.

— Mi amor... Dae, yo...

Minseok quiere decirlo, tiene que decirle que está...

— Te amo...

Pero los labios de Jongdae callan los suyos y las palabras se ahogan en pequeñas caricias que suben de tono lentamente.

Porque se vale disfrutarse con paciencia y tranquilidad después de un poco de tiempo sin verse.

Y después de todo, a ellos les gusta amarse así.

Faltan 18 días para la boda.