CXXVI

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—Obvio, soy team Godzilla.

Jongdae está en el hospital por revisión medica, tiene demasiada hambre porque no le dio tiempo de nada y Kyungsoo tiende a ser un médico bastante estricto con los horarios.

—Ajá

—Porque obviamente, una lagartija radioactiva es más chida que un mono peludo, y....

—¡Hey, Jongdae!

Dae voltea lentamente y frunce el ceño. No. No. No. Él no debería estar en el mismo hospital donde trabaja su esposo.

—Hey... Taemin... ¿Qué haces aquí?

Dae intenta sonreír y parecer amable, teme que su esposo aparezca de un momento a otro y se sienta incómodo.

Pero Taemin no responde.

Y Dae piensa que la cara de idiota que tiene en esos momentos la ha visto antes. Ahora que lo piensa, Taemin se parece bastante a Jongin, igual de brutos e igual de...

—Eres un ángel.

Taemin balbucea observando a Kyungsoo que hasta ese instante estaba escribiendo la receta médica de Dae.

—¿Perdón?


—Woow... Tu voz... Verdaderamente angelical.

Jongdae no sabe qué hacer cuando Taemin suspira y se recarga en la pared con esa mirada llena de corazones.

Oh no.

—Ah... Dae, esta es tu receta, nuestra próxima revisión es el próximo mes.

Jongdae asiente como soldado y antes de darse cuenta, Kyungsoo ya está yéndose a su consultorio con un Taemin siguiéndole como perrito.

— ¿Qué ha sido eso?

Y la voz más bonita del mundo llega a sus oídos haciéndolo girar y suspirar al instante.

Minseok se ve adorable con esa bata que le llega más abajo de las pantorrillas. Esa camisa azul le va perfecto con el pantalón negro que se ajusta a la perfección a las curvas de su cuerpo.

—Estás precioso, mi amor.

Jongdae debería ser buen amigo y llamar a Jongin para advertirle sobre la amenaza que puede ser Taemin, pero se queda embelesado por la risa que suelta su esposo y la forma tan especial en la que lo mira.

—Nunca cambias Kim Jongdae.

—Es porque nunca dejaré de amarte, Kim Minseok.

Kyungsoo puede cuidarse solo, y su teoría se refuerza cuando Taemin se presenta a su reunión por la tarde con la mejilla inflada y el ojo morado.


—¿Qué te pasó?

—Un ángel, el amor y un tipo moreno agresivo, eso me pasó.

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora