— ¿Por qué huele a llanta quemada?
Minseok baja descalzo las escaleras, viste una camisa de Jongdae y unos pequeños bóxer negros que se amoldan bastante bien a su cuerpo, pero que no ocultan los pequeños chupetones que Dae se ha encargado de dibujar.
Han perdido el vuelo a Japón.
Pero los días de descanso por su matrimonio no.
Y entre besos, antojos, paseos de adolescentes y conciertos, se han pasado los primeros días de casados.
Y también no han hecho más porque "no vamos a subir a un vuelo o a un autobús, o manejar en medio de la nada contigo así de delicado, no voy a exponer a mis bebés a que algo les pase, ¿qué tal si aparecen ovnis y nos abducen?, ¿o si llega una anaconda y quiere comerte de tan hermosamente rellenito que estás?", se había convertido en el rezo de Dae todos los días.
— Dae, ¿amor?
Minseok se tapa la nariz y cuando está a punto de entrar a la cocina, un apresurado Jongdae aparece halándolo por la mano.
— ¿Qué haces aquí? O sea, no debes andar deambulando por ahí, te puede pasar algo, te puedes caer, o te puede dar anginas por andar descalzo, no, no y no.
Jongdae se quita sus calcetines de los simios arcoiris y se los pone a un Minseok que ríe sentando en el sofá.
— No me va a pasar nada, y solo quería saber qué estabas haciendo aquí abajo después de que dijiste que harías un poco de pasta, y eso, hace una hora.
Jongdae deja de revisar la temperatura de Minseok con su mano.
Una sonrisa, de esas que tiene cuando mete la pata nace en sus labios.
— Hay personas que nacemos con talento para los números, las cuentas y relaciones públicas. Tú sabes mi amor, por ejemplo, tú naciste con la empatía implícita en ti, y el amor como valor fundamen...
— Se te quemó la comida.
— El agua, para ser más certeros.
Minseok suspira acariciando la mejilla de su esposo, mueve sus dedos un poco más, dejando pequeños trazos sobre la base de su oreja izquierda.
Jongdae cierra los ojos, espera a que su esposo le jale la oreja como lo haría su madre...pero eso no sucede, sino que unos cálidos labios se posan sobre los suyos dejándolo más atarantado que antes.
— Minnie...
— Bueno, ahora sabemos que no te harás cargo de la comida, pero sí de la limpieza.
— Minnie...
— ¿Pedimos pollo del Pollo Feliz?
Jongdae asiente suspirando. Sus manos toman su teléfono móvil y comienza a marcar al número del puesto de comida que Jongin siempre les recomienda.
Y se siente bonito en su pecho.
Que Minseok lo acepte tal y cual es, con todo y sus errores.
— Amor...
— ¿Mande?
— Ya que estás al teléfono, ¿por qué no llamas a los bomberos?
— Ah sí, ahorita...¿qué?
— Creo que no fue solo el agua...
—¡SANTA CACHUCHA! ¡ SANTO FILEMÓN ATEO! ¡POR SATÁN Y TODOS LOS SUS KYUNGSOOS! ¡MINNIE!
¿Qué mejor forma de iniciar la vida de recién casados viendo como los bomberos apagan las llamas mientras ellos comen pollo frito con arroz?
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Entre dinosaurios y doctores | ChenMin
FanfictionJongdae había estado enfermo. Minseok fue su doctor. Dicen que en la prehistoria no habían doctores. Dicen que en el presente no hay dinosaurios. - ¡ Ah waeeeee! - ¡Deja de correr! ¡Tengo que ponerte la inyección! •••••• Vivencias de un doctor que...