XCIII

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Jongdae ha recibido muchos golpes en su vida.

Cuando se cayó de la cama cuando era un esquincle de dos años y se abrió el cráneo.



O cuando Junmyeon le soltó la bicicleta por andar viendo ovnis en el cielo.




Ah, también está aquella ocasión en la que por andar pendejeando se fue de hocico contra el suelo.





Sip, Jongdae ha recibido muchos golpes en su vida, y como todo humano, pide no sufrir de nuevo un trancazo o algo por el estilo.




Por eso cuando Minseok se acomoda a su lado en la manta que han tendido en techo para ver las estrellas, lo que menos espera es que su esposo le suelte un golpe en las costillas.





— ¡Auh! ¿Ahora qué hice Minnie?






— ¿Qué?





Minseok le mira curioso.





— Es que me has...¡auh!




Jongdae se queja porque ese golpe ha sido más fuerte que el anterior y jura que Minseok tiene algo que ver.






— ¡Minnie!





— Yo no te he golpeado.





Minseok infla sus mejillas y Jongdae puede jurar que es lo más adorable que ha visto, porque Min trae puesta su ropa y tiene la naricita rojita por el frío, eso, más los bonitos ojos ligeramente delineados le dan una imagen perfecta, tan enternecedora que lo incitan a inclinarse un poco y...




— Mueven...se...




Jongdae sostiene las mejillas de su esposo y tiene los labios estirados cuando el leve movimiento entre ellos lo hace reaccionar. 





— Minnie...




— ¿Lo...






— Sí...ellos...






Las palabras se quedan trabadas en el momento y Dae simplemente se deja caer de rodillas para presionar suavemente su rostro contra el vientre que tanto idolatra.







— Hola...Hola...es papá... Es papito....soy yo...





—Dae...






Minseok cierra los ojos porque en todos los meses había sentido tantos cambios pero la sensación es diferente...




Es como si algo dentro de él lo abrazara.







—Se mueven...





Un pequeño toque, otro más y de repente, Minseok siente como ambos pequeños en su vientre comienzan a moverse al ritmo de la voz de su padre que ha comenzado a cantarles.





—Mis bebés me golpean...






—Amor...







—Creo que estos son los primeros golpes de amor que he recibido en mi vida...




—Dae...





— ¿Qué habré hecho en mi vida para ser tan feliz?





Minseok acaricia los cabellos de su esposo cuando los pequeños golpecito en su vientre se mantienen, cierra los ojos porque ya comienza a sentir el peso en su cuerpo y el cansancio en sus pies, pero sabe que estará bien cuidado cuando un ataque de besos llena su vientre y las lágrimas de su esposo siguen fluyendo incontrolables.






— Ya nazcan por favor... Papá está ansioso de conocerlos...





Son pequeños golpecitos de amor.

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora