Entre dinosaurios y doctores | ChenMin

LXXI

— Veamos...

Minseok tiene la cabeza sobre el pecho de Jongdae.

Es de noche y el frío del otoño está comenzando a sentirse cada vez más, aunque también deja ver la gigantesca luna de octubre brillando ante sus ojos.

— Sí tuviéramos que medir cuánto siente mi corazoncito por ti...mmm...el universo me sale debiendo estrellas...

Minseok ríe ante las ocurrencias de Dae, cierra sus ojos y sus puños lo hacen sobre su camisa azul, esa que tanto le gusta como se ve.

— Minnie....

— ¿Mmm?

— Estoy feliz, nervioso y ansioso de casarme contigo...siento ganas de vomitar al pensar en verte vestido de blanco y caminando hacia mí...¿no te vas a arrepentir, verdad?

Minseok frunce el ceño, alza un poco su cuerpo para ver a los ojos a su prometido.

— Nop, definitivamente no voy arrepentirme...

Jongdae observa a Minseok, esos ojitos precioso soñolientos, su cabello despeinado y los labios rojitos de los besos que se han dado.

Y sin embargo, hay algo muy diferente...

Es como si Minseok fuera el mismo y a la vez hubiera algo más ahí y esos suspiros constantes aceleran su pecho porque quizá sí sepa qué es lo diferente, pero aun no se atreve a preguntarle.

— ¿Por qué me miras así?

— ¿Cómo?

— Como si tuviera dinosaurios en la cara...

Jongdae ríe, sus dedos acarician la mejilla de su prometido que bosteza muy suave, como un gatito.

— Estaba pensando, en que desearía que tuvieras muy pronto dinosauritos en la panza...

Minseok sonríe para sí mismo y se vuelve a recostar sin decir más.

Faltan ocho días para la boda.