XLI

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— ¿Cuáles son las intenciones que tiene con mi hijo?





Jongdae traga en seco. Se nota más pálido de lo normal y la sonrisa de siempre parece haberse tomado unas vacaciones.








— Bu-Bueno. La verdad es que yo quisiera...







— ¿Quisieras? ¿Lo pones en duda?







Dae escucha la risa de la mamá de Minseok y la de su mismo novio en el otro extremo de la mesa.






¡ Por qué lo sentaron en frente de su suegro!









— ¡ No! No. Jamás. Mi relación con su hijo va muy en serio.







— ¿Tanto como para casarte?








— Para casarnos y tener una familia grande.








— Hmp.








Ese solo sonido era el que venía escuchando de su suegro durante toda la cena a cualquier respuesta que le diera.









— ¿En qué trabajas?








— Ah...tengo un pequeño negocio.









Y esta vez fue la ocasión de Minseok de soltar una ruidosa carcajada.







— ¿Por qué la risa, hijo? No me digas que estás saliendo con un bueno para nada. No te ayude a pagar tus estudios para terminar con un mantenido.








—Oh. No. No, papá.







— ¿Entonces?








Jongdae puede ver como los puños de su suegro están tan blancos y que el tenedor en su mano comienza a doblarse.








— ¿En qué trabaja, señor Kim?








— J-Jongdae, señor.








— Bien... Jongdae... Te escuchamos.








Dae se pregunta como su nombre puede sonar tan aterrador, y nervioso, traga más veces que nunca pero las palabras no pueden fluir.






No es hasta que Minseok le sonríe y toma su mano bajo la mesa. Un pequeño apretón y la confianza parece volver a fluir.








— Mi hermano y yo dirigimos una empresa de electrodomésticos.








— ¿En serio? ¿Y qué tal les va? Porque por lo que sé, el corporativo del señor Kim Jonghyun es el mayor competidor del mercado.







— Bueno...







— Jonghyun es su padre.







Minseok suelta de la nada tomando un poco de torta de chocolate y comiéndola tranquilamente.







Jongdae se pone en pie y golpea la espalda de su suegro evitando que se atragante más.








— ¿Kim Jonghyun es tu padre? ¿El dueño de una de las empresas más grandes del país?







— De Asia, pero a papá no le gusta presumir y bueno...¿se encuentra bien?








— Oh, hijo. Me encuentro muy bien.







Y Jongdae no sabe dónde meterse porque las adulaciones son peor que las amenazas por parte de su suegro.







Minseok solamente piensa que si así ha sido su primera cena, no se imagina su compromiso o su boda.






— Minnie...Help me...







— ¿A dónde vas hijo? Te voy a enseñar mi colección completa de baladas ochenteras.






Que rica estaba la torta de chocolate. 

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora