CXI

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Minseok no se considera un hombre celoso. 


Bueno, quizás lo es un poco, solo un poquito. 


Pero es que no puede evitar sentirse arder cuando las mujeres voltean a ver a SU esposo llevando a sus hijos en la carriola o en brazos, cuando se atreven  sonreírle y Dae ajeno al coqueteo, es amable. Porque bueno,  ¿qué culpa tiene su esposo de ser un papazote de semejante calibre y tener dos bebés preciosos en esos grandes brazos?



-Minnie, mi amor, ¿me estás haciendo caso? 


Minseok está haciendo mucho caso, claro que sí, está viendo como la tipa frente a ellos se muerde los labios mirando a SU hombre. 


-Sí, sí mi amor. 


Jongdae mira a su esposo curioso, y es que desde hace varios minutos su bebé ha estado comportándose extraño mirando a la tipa que está viendo los vestidos para niña, y aunque el sentimiento de celos ha estado creciendo en su pancita, quiere pensar que, bueno, el lado hetero de Min sigue sepultado e intacto. Y si...


Acomoda a sus niños en la carriola antes de preguntar, porque bueno...su esposo tuvo un pasado, y quizá...



-Minnie...uhm...



Minseok observa a su esposo, como baja la mirada y parece algo decepcionado doblando el trajecito de marinero que han elegido para sus hijos.


La tipa en cuestión ahora se encuentra sonriéndola a un hombre alto, que Minseok piensa es su marido. 


-¿Qué pasó amor? 


-¿Tú...



Minseok centra toda su atención en la forma en que Jongdae parece bastante conflictuado y eso ya preocupa a Minseok que no tarda en tocar la frente de su esposo para revisar su temperatura, ¿y si Dae se siente mal y no encuentra cómo decírselo? 


Pero antes de que Minseok piense en lo peor, Jongdae se encuentra alzando la vista con los ojos semi acuosos y curiosos, y eso contrae el corazón de Min que no se encuentra preparado para la pregunta siguiente. 



-¿T-te gustó esa mujer de vestido rojo?...l-la de cabello rubio...


El extraño sentimiento en el estómago de MInseok se expande hasta dejarlo en shock, porque siendo sinceros, y después de tener dos hijos y parecer un adicto al sexo con su esposo, bueno...


- Dae...


-Yo sé que quizá, en un porcentaje menor, aun te sigan gustando las chicas y eso está...


-Mi amor...



Minseok niega suavemente acunando el rostro de su esposo entre sus manos, y pese a estar en un lugar público, no le importa darle un beso largo y húmedo, lo suficiente como para que las manos temblorosas de Jongdae se afianzaran lo suficiente a su cintura. 


Tan caliente como para enredar sus dedos en la cabellera oscura de su esposo y morderle el labio dejando una marca bastante notable. 



-Min...


-Shh...no vuelvas a pensar jamás eso...


-Pero la veías...



-Con mucho coraje de que estuviera viéndole las nalgas a mi hombre, y estuviera saboreándose estar en estos brazotes...


Minseok tiene un cintura envidiable en conjunto con unas caderas que Jongdae ansia amasar contra la cama.



-Pensé...



-No, no lo pienses...yo...-Jongdae piensa en lo sexy que se ve su esposo mordiéndose los labios de esa manera- Yo solo quiero tener tu pene dentro de mí, golpeando mi interior...justo ahí donde...


-Donde te vuelve loco y te hace...


-Gemir como una...


-¿Cómo una?


-Como una puta...


Y Jongdae...Jongdae recuerda que el trajecito de marinero para sus hijos lo encargó por internet esa misma noche. 

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora