LXXVI

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—¡Que pase el desgraciado!



— ¡Baekhyun!




— Que diga, ¡que pasen los recién casados!




Una esplendorosa vaca camina frente a Dae y Minseok, Yeol no puede creer aun que la vaca no era para la barbacoa que van a dar de comer, sino para que caminara guiando a los novios hasta el centro de la pista, así como lo marcan las viejas tradiciones de los viejitos. 




Sin embargo, el par de esposos, camina tomandos de la mano,dejando de lado el hecho que la vaca va feliz moviendo la cola, están más concentrados en verse a los ojos fijamente.




Jongdae está más enfocado en posar su mano sobre el aun plano vientre de su esposo.



Está más entretenido en dejar pequeños besos sobre su mejilla y suspirar de vez en cuando.




— Amor...





— Mi amor, mis amores...



Minseok niega suave al limpiar las lágrimas que siguen bajando por las mejillas de Dae. Sus dedos encargar de mimarlo, de demostrar un poquito cuánto lo adora.






— Te amo...





— Y yo te amo a ti, a los dos, a los tres... No sabía que era capaz de amar tanto.




Las personas se apartan poco a poco del lugar y la bonita vaca está terminando de comerse su collar de flores cuando la música comienza a sonar en el lugar.



Jongdae se muerde el labio nervioso, agita las manos y como un niño pequeño se acerca a su esposo para susurrarle quedito al oído.




— Pera, pera...¡yo no sé bailar!...esto no estaba en el contrato...





— Amor...yo tampoco sé bailar...



— ¿Tons qué vamos a hacer? No manches, se me olvidó todo lo que practique...




— ¿Qué?





— Pues....es que de que no sepo bailar tomé clases de baile para bailarte bien bonito, pero ahorita de los nervios se me borró todo y ya no me acuerdo. Como cuando estudiaba una hora antes del examen y según yo bien listo, estaba aprendido todo pero a la mera hora, ¡me borraba todo! Y...y...




Y Minseok deja que sus labios se posen sobre los del hombre que ama.





— Minnie...






— Bailemos...





— ¿Seguro, segurito? No quiero pisarte los callos...y los niños, no quiero hacer el ridículo frente a mis hijos...no manches, ¿qué dirán de su padre...





Minseok rueda los ojos, Jongdae todavía se resiste a entrar al centro de la pista, pero Minseok ya está rodeando su cuello y comenzando a dejar que la música los envuelva, los junte un poquito más cuando las manos de Dae lo sostienen y los pasos comienzan a fluir a través de la pista.




Minseok cierra los ojos porque confía en Jongdae.




Jongdae cierra los ojos y se hunde en la curva de su cuello porque con Minseok nada es fácil, y la vez, todo es perfecto y sencillo.





— Dirán que eres el mejor papá que hay en el mundo...eso dirán...

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora