LXXXI

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Kim Jongdae tiene veintisiete añitos.



Trabaja como el director del área comercial en la empresa de su familia.





Habla dos idiomas. Le gusta el mango y el chocolate.






Toca el piano y un poco de violonchelo, y pese a que nunca lo haga, sabe cantar demasiado bien para ser considerado profesional.






Jongdae estudió mucho tiempo para ser el mejor, para poder superar a todos los obstáculos.






Jongdae, pese a que tiene un carácter único y poco ordinario, es un hombre serio y fiel. Firme y sincero.





Eso era Kim Jongdae.






Era, porque ahora, es un hombre que hace treinta y nueve horas, diez minutos y once segundos contrajó nupcias con el pequeño ser que está durmiendo entre sus brazos.






Con la persona que se aferra a él, con los labios entre abiertos y las piernas enroscadas a su cuerpo.





Jongdae no puede seguir durmiendo y tampoco alejar sus manos del vientre de su esposo. Deja pequeñas caricias sobre su vientre, besa suavemente su frente y sonríe cada vez que Minseok se remueve.









— Despierta, dormilón...







— Cinco minutos más, papá...







"Papá"








A Jongdae se le eriza la piel, su corazón de agita aun más después de escuchar aquella palabra.







Traga en seco y la mano que estaba sobre el vientre de su esposo se amplia buscando abarcar toda la zona.








"Papá"









No había tenido tiempo de pensar en aquello, se había dedicado a besar y disfrutar de su esposo, de celebrar momentos íntimos de su unión.







¿Cómo una sola palabra podía alterarle tanto?, ¿cómo había transcurrido su vida hasta el momento de tener que ser el progenitor no de una, sino de dos vidas? ¿Cuándo logró uno de sus más anhelados sueños en su vida?







—Amor...Dae, ¿por qué lloras?







Minseok está sentando en la cama, despeinado,  con los ojos dormilones y la carita de curiosidad en sus facciones.








— Voy a ser padre...






Minseok se sienta en la cama, toma la mano temblorosa de su esposo admirando el choque emocional que apenas está pasando.







— Siempre quise ser padre...siempre veía películas de Eugenio Derbez donde era padre ejemplar, bueno, en unas no tanto, pero siempre quise saber la sensación de que una personita me llamará "papá"...y no va a ser una, sino dos...dos...y maldición, no sé porqué estoy tan sensible y tengo tanta hambre, unas ganas de comerme una pizza con guacamole y un poco de arroz con carne de vaca picante.





Minseok sonríe, no habla, pero en silencio limpia las lágrimas de su esposo acercándose cada vez más hasta dejarle un pequeño beso sobre la nariz rojiza.








— ¿Qué... Qué m-me pasa?






— Vas a ser papá, estoy embarazado, estamos embarazados...








— Estamos embarazados...








— Sí mi amor, lo estamos.








Minseok rodea su cuello con ambas manos, se apega al cuerpo de su esposo y sonríe porque Jongdae está actuando bastante extraño, bastante sensible y por el sonido de sus tripas, bastante hambriento.










— ¿Pizza con guacamole?









— Con mucho limón por favor...








— Voy a engordar...









—Eso es lo bueno, que no voy a ser el único que se ponga panzón.







— Ja, ja, ja...Minnnie... Engordemos juntos mi amor.

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora