XLVII

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— Mm...




Jongdae ama la forma en que Minseok duerme.


Y aunque en este momento su bellísimo prometido está con un poco de fiebre por haberse ido a trabajar sin un paraguas, a Dae no hay nada más que amé ver que esas mejillas sutilmente tenidas de rojo.





— Dae...




— Debes descansar. Kyungsoo dijo que es por estrés que tus defensas están bajas.





— Kyungsoo es un pingüino gruñón.






— Y tú, una hermosa ardillita.






Minseok sonríe delirante.





Hace un rato, y con toda su fuerza de voluntad, ha tenido que ponerle una inyección a Min para que se le baje un poco la fiebre.



Es raro tener que atender a un médico.




— ¡Una ardillita voladora! Piuuuuuu...







Jongdae asiente cambiando el paño de su frente por uno más frío. Peina sus cabellos y sonríe deslizando sus dedos entre ellos observando como Min sonríe.



— Eres tan guapo... Yo no sé cómo te fuiste a fijar en mí...






Dae frunce el ceño ante el comentario, ¿estaba tan mal que deliraba cosas extrañas?




— Yo vi a tu ex... Un modelo muy lindo...¿y yo qué? No tengo más gracia que mi título de medicina...





Minseok parece dolido. Esa sonrisa amarga en sus labios no le gusta a Jongdae, le gusta mucho más la otra, la que hizo cuando se tomó en serio lo de ser ardilla.






— Minnie...tú eres hermoso. Eres tan hermoso que las personas al verte voltean.






— No. No mientas.






— No estoy mintiendo, es la verdad. Tienes unos ojos impresionantes, bellos, tan hermosos y lindos. Tus labios son tan rosas que me encanta cuando sonríes porque se amplían mucho más y esas mejillas son lo más bello de tu rostro.







— ¿En serio?







— Te lo juro.







— Uhm.






Minseok mira a Dae, y este no sabe si es a causa de la fiebre o algo más, pero la sonrisa es tan tierna y esa expresión de análisis es tan adorable que de verdad tiene que contenerse las ganas de hacerle más que solo mimos a su prometido.






— Eres muy guapo... Un dinosaurio guapo...





Jongdae no puede evitar soltar una carcajada y tomar la mano de su novio para besarla y suspirar.



Minseok es adorable.






— Dae... Rarw...Rawr...



Minseok finge tener garras en sus manos y lanzar arañazos a Dae mientras lo dice. Sonríe y poco a poco sus ojos se cierran hasta ceder al cansancio y acurrucarse sin soltar la mamo de Jongdae.



Dae mira a Minseok durmiendo. Su suave respiración y sus labios entreabiertos. La sonrisa tan linda de sus labios.




Y es maravilloso.





De verdad es hermoso como en ese momento su corazón late con tanta fuerza, perdido y enamorado de ese hombre tan único y hermoso que el cielo creo para él.







— Yo también te amo demasiado, Minnie.

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora