Entre dinosaurios y doctores | ChenMin

XXIX

—¡Minnie! Bebé, bodoque hermoso, bollito de mi vida...

— ¿Qué hiciste ahora, Kim Jongdae?

— Nada...bueno, quizá... Solo quizá... Le queme el pan a Kyungsoo, pero nadie debe saberlo.

Minseok deposita su cubrebocas en el bote de basura y mira a su novio mientras se quita la cofia azul de su cabeza con clara expresión de fatiga.

— ¿Qué tal salió la cirugía? Te he extrañado por estas horas...

—Yo...salió muy bien, la paciente está en recuperación.

—Yo sé que se pondrá bien, eres un excelente y muy guapo médico, mi amor.

Bueno, Minseok no podía evitar sentirse tan bien con aquellas palabras, su pecho se sentía expandirse de emoción y alegría cuando Jongdae le decía ese tipo de cosas.

Y bueno, solo bastó tomar asiento para ver frente a sus ojos, sobre el escritorio un boleto grabado en letra azules y con su nombre inscrito en él.

—Esto...esto es...

—Te lo mereces por lo mucho que has trabajado.

—Jongdae... Por Dios...

Y es que aquella entrada, esa maldita entrada a el evento de teatro que Minseok había esperado por años, era tan costosa así como poco probable de encontrar algún boleto en venta...y sin embargo, ahí estaba, sobre su escritorio, puesto por su novio.

—No tenías...

—Por favor, no digas que no tenía que hacerlo porque esa carita dice que sí querías que lo hiciera.

Maldición, era esa forma que su novio tenía para ponerlo tan rojo, ardiendo de pena mientras una mano tocaba su mejilla y una hermosa sonrisa se ampliaba ante él.

—Debió ser difícil conseguirla...

—Bastante, pero...haría lo que fuese por ti, buscaría la forma de hacer que siempre sonrías así, justo como ahora, solo así mi amor...

Minseok era más que afortunado, era más que feliz mientras Jongdae estuviese ahí, sosteniéndolo de la cintura para besarlo y llevarlo a otro mundo, a uno especial entre los dos.