— Te ves más hermoso hoy que ayer...
Minseok se sienta frente a su esposo dejando el plato de frutas, y sin darse cuenta, las mejillas le arden por aquel cumplido.
—Eso mismo me dijiste ayer por la mañana...
Jongdae toma un poco de fruta con su tenedor, lo lleva a la boca y suspira recargando su mejilla contra la palma de su mano.
—¿Qué quieres que haga cuando parece que los días te aumentan la belleza?
Minseok se abochorna un poco más, sus dedos juegan nerviosos con el tenedor y no sabe qué decir por lo que infla sus mejillas en una forma infantil de demostrar su vergüenza.
A Jongdae le gusta verlo así.
Desde que le dieron de alta y le impusieron un riguroso régimen para su salud, ha tenido que disminuir su tiempo en la oficina y dedicarlo a reposo, cosa que le encanta, porque significa que puede ayudar a Min con las cosas de la casa.
A Jongdae no le molesta tener que despertarse temprano a sacar la basura (aun si Minseok lo regaña) o sentarse con su esposo a seleccionar la ropa de color de la blanca, o tener que sentarse a sacarle las piedritas a los frijoles; incluso considera divertido ponerse a lavar los trastes cantando con Minseok.
Jongdae encuentra divertido ir al centro comercial solo y tomarle fotografías a los suavizantes para que Min le diga cuál comprar, ¡incluso logró que le pasaran un catálogo completo de detergentes y pañales!
— No puedo esperar a que cumplas años...
Minseok suspira porque es un poco mayor que Dae, y la idea de serlo, le hace sentir un poquito incómodo, sobre todo porque Jongdae se empeña en recordarle la fecha cada que puede.
—¿Te emociona saber que me haré más viejo?
—Me emociona saber que vamos a pasar un día tan importante juntos.
Minseok no encuentra como refutar aquellas palabras más que sentir que sus ojos se le aguan y comienza a llorar.
—Minnie...¡amor!...¿qué pasa?
Minseok abre los labios y llora con tanta desesperación de un momento a otro que Jongdae solo puede correr a hincarse a su lado y tomar su mano para calmarlo.
—Minnie, no llores bebé...¿te duele algo?
Y Minseok niega con ese bendito puchero que le roba el corazón, otra vez, a un Jongdae en desconcierto.
—¿Entonces?
—Es que eres bien pinche bello...¡como puedes ser tan chingadamente tierno!
A que orgulloso se siente Jongdae de las palabrotas que se suelta Minseok últimamente.
—Putos sentimientos.
—Sí, que pendejos sentimientos cabrones que me hacen llorar como magdalena.
—No te contengas mi amor, tú mienta la madre todo lo que quieras.
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Entre dinosaurios y doctores | ChenMin
FanfictionJongdae había estado enfermo. Minseok fue su doctor. Dicen que en la prehistoria no habían doctores. Dicen que en el presente no hay dinosaurios. - ¡ Ah waeeeee! - ¡Deja de correr! ¡Tengo que ponerte la inyección! •••••• Vivencias de un doctor que...