Se sentía realmente bien.
Realmente sentía como se derretía entre los brazos de aquel hombre que susurraba contra su cuello las palabras más excitantes que nunca había oído.
—Doctor Kim... Es usted tan exquisito...
Gruñendo contra la blanca piel de su novio, Jongdae reclinaba lentamente ambos pesos sobre la cama cubierta de pétalos de rosas.
—Director Kim...
Minseok alzaba sus brazos rodeando el cuello de su novio, mientras sus labios se dejaban hacer ante la ansiosa lengua ajena y sutiles roces entre ambos cuerpos encendían aun más su deseo.
Ardía tanto, que sentía estarse quemando.
—Tan suave. Tan dulce...tan mío...
Las expertas manos de Jongdae comenzaron a repartir caricias al médico que se retorcía de placer, y arqueando la espalda abría sus piernas para rodear la cintura de su novio, y así pegarlo más a él.
—Mi amor... Dae...
—Shhh... Vamos lento, muy lento mi amor...
Y Minseok no sabía si se refería a la parsimonia con la que Jongdae le quitaba la camisa blanca o por la serie de besos que repartió por su cuello, erizando cada vello de su piel.
O quizá...a esa mirada que le hacía sentirse pleno, seguro y deseado, que parecía detener el tiempo y hacerlo así como Jongdae se hundía en su interior...
Lento, dulce y lento...
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Entre dinosaurios y doctores | ChenMin
Hayran KurguJongdae había estado enfermo. Minseok fue su doctor. Dicen que en la prehistoria no habían doctores. Dicen que en el presente no hay dinosaurios. - ¡ Ah waeeeee! - ¡Deja de correr! ¡Tengo que ponerte la inyección! •••••• Vivencias de un doctor que...