Entre dinosaurios y doctores | ChenMin

XVIII

— Te gusta Jongdae.

Esa espeluznante voz, tan varonil y seria que erizaba sus vellos lo sacó de sus pensamientos en los que se había sometido después de la cita con Jongdae en el cine y el beso que este le robó, siendo apenas un tenue roce.

— Kyungsoo...

— Aceptar que me enamoré de JongIn también fue difícil, pero una vez que lo aceptas es más sencillo y ...¿romántico?

— No puedo creer que seas tú quien me aconseje.

— ¿Por qué no? Es decir, yo también estoy que tiro baba por mi hombre, aun si al inicio lo encontraba molesto e irritante, haciendo cada tontería como indigestarse para verme ...esas cosas fueron las que me robaron el corazón.

— Kyungsoo...

— Abre tu corazón, Jongdae es tonto, pero no malo y se ve que te ama.

— Me ama...

Y con aquellas pequeñas sonrisas en sus labios y sus tripas revolviéndose entre las mariposas Minseok decidió que admitir que su corazón latía tanto por las tortas de aguacate como por el perro sin meca...ejem, por Jongdae.