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— ¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños Jongdae, feliz cumpleaños a ti!


Jongdae ríe moviendo las manos cual director de orquesta mientras su familia y amigos cantan para él. Le arden las mejillas en el momento en que Minseok se acerca a él y con suma delicadeza coloca un beso en su mejilla izquierda y le susurra al oído un "feliz cumpleaños mi amor", y puede sentir un pequeño aire malicioso y lleno de sensualidad en esa felicitación que no puede evitar reír, tomar el rostro de su esposo en sus manos y plantarle un sonoro beso al finalizar las porras y escándalo del momento.


El pequeño jardín se llena de felicitaciones y él de abrazos y bromas de sus amigos que no dejan de decirle lo bien que le siente ser padre, rueda los ojos porque si a alguien le sentó la paternidad, fue a Minseok y Jongdae no puede perder la oportunidad de alzar la mirada y ver a su esposo con ese pantalón ajustado inclinándose para dejar a Daemin en su hamaca, al lado del dormilón de Jongseok. 


A Jongdae le gusta la imagen, y le apetece la idea de imaginar que el regalo del año pasado pudo ser la causa de que esos dos pequeños humanitos estén ahí, llamando la atención en sus tres meses de vida porque son tan hermosos que se le hincha el corazón de alegría.


— ¿En qué está pensando, señor Kim?


Minseok lo rodea por la cintura dejando pequeños besos sobre su cuello provocando que la piel se le erice. 



—Estaba pensando...


Un pequeño beso sobre esos labios rosados y húmedos.


— Que extraño ver a mi conejito hambriento de zanahoria...



Jongdae ahoga un gruñido al sentir el apretón de la mano traviesa de su esposo, quien se muerde esos labios tan tentadoramente que está dando lo mejor de su resistencia por no tomarlo en brazos y llevarlo a la cama en ese momento.


—¿Sí?


—Sí....


— Quizá, conejito tiene un pequeño regalito cuando los invitados se vayan...


—¿En serio? 


—Hmm...



Minseok ya no responde con palabras, sino con besos sobre la vena que se marca en el cuello de Jongdae, y pequeñas caricias sobre su pecho que solo logran perder la cordura del cumpleañero. La temperatura de su cuerpo aumenta rápidamente y el pantalón comienza a sentirse molesto cuando...



—¡Que asco!, váyanse a un hotel, par de cochinos.



Las carcajadas llenan el lugar ante el molesto grito de un Yifan abrazado de su esposo que no hace más que reírse como morsa aplaudiendo.


— Cállate Yifan, como si tú no le metieras mano a Sehun cada vez que puedes en el elevador.


—O como esa vez en la que Jongin estaba mordiendo el durazno pálido de Soo.


— ¡Hey!, eso no cierto.


—Claro que no...Innie es muy respetuo....


—El duraznito de Soosie es rosadito. 


Jongdae siente que las mejillas le siguen ardiendo, pero cuando ve como Minseok se muere de risa y sus amigos comienza a contar esas pequeñas anécdotas graciosas, sabe que está bien esperar un poco más por el regalo especial y conformarse con los suaves besos llenos de pastel sobre sus labios varias veces más. 


—Entonces Junmyeon dijo que no iba a pasar nada y...


—Yixing, amor...


—¡La policía nos llevó a la comisaria por tener sexo nocturno en la fuente del parque!



Así es como deberían ser todos sus cumpleaños.

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora