LXXXIX

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—El señor Kim se encuentra ocupado con el señor Park, me pidió no dejar pasar a nadie.






Minseok aprieta con fuerza la bata entre sus manos, su respiración se mantiene calmada pese a querer arrancarle los cabellos rubios al mocoso ese.






El nuevo asistente de Dae.








— Necesito hablar con él.







Minseok intenta ser amable, tiene que hablar con su esposo sobre los análisis de sangre que le hizo hace poco.







— Ya le dije que  Dae...






¿Dae?







¿Acaso el mocoso oxigenado ese había llamado "Dae" a SU esposo?




¿Cómo se atreve esa perra a ladraerle así?






— Mira, niñato...






— ¡Mi amor!




Minseok alza la vista y su esposo corre a tomarlo en brazos, a darle un par de vueltas con mucho cuidado y llenarlo de besos.






Jongdae se encarga de dejar pequeños mimos sobre su vientre con las manos y después, de un buen beso tronado en los labios, se pone de rodillas para acariciar su pequeña pancita ya no tan pequeña.



— Hola mis dinosauritos bebés... Al habla papi, el tiranosaurio mayor...





Minseok deja de lado la rabia y se centra en lo bonito que se ve su esposo ahí, en medio del pasillo de la oficina dándole besitos a sus hijos, a él...







— Te extrañamos...









— Y yo a ustedes, ¿por qué no pasabas? Pensé que no habías llegado mi amor, te iba a marcar...






— Bueno...






Jongdae se pone de pie y observa a su esposo de brazos cruzados señalando con la barbilla al nuevo chico...que...






— ¿No dejaste pasar a mi esposo?







— Señor...







¿Dónde quedó el "Dae"?








— No sabía... Le juro...yo...yo...perdón.








Jongdae arquea una ceja y Minseok sabe que su esposo está bastante indignado y molesto, a Minseok le conmueve la expresión de cachorro apaleado del mocoso en cuestión.







— No te preocupes mi amor, es nuevo, y no me conocía...







— Lo sé, pero no soporto la idea se que alguien te maltrate o te haga sentir mal, eres mi esposo, eres tan dueño de este lugar como yo...eres la persona número uno más importante aquí...¿lo recordarás?






El joven asiente ante la pregunta de Jongdae y Minseok decide no darle más vueltas al asunto porque...





El número uno, el más importante para Kim Jongdae era él.







—Amor...







— ¿Los tienes?





Minseok asiente caminando hacia la oficina con la mano de su esposo en su espalda baja, aunque no todo son buenas noticias, se siente feliz de poder disfrutar de la grandiosa oficina.






—Compré este sofá pensando precisamente en tus muslos sobre mí...





—Casualmente, traje mi bata...






Ya se encargaría de dejar en claro, bastante en claro, quién era el esposo del director ahí.

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora