I

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Minseok estaba nervioso, por fin recibiría a su primer paciente después de llegar a Seúl.



— Pase, por favor.



Y así fue como inicio todo.




— ¿Y entonces qué síntomas tiene?


— Aparte de que me late como loco el corazón y me sudan las manos y los pies, me apestan los sobacos....


— Señor Kim.



— Doctor, en serio... creo que me duele la panza de tantas mariposas que usted me despierta...



— Señor Kim, hablo en serio.



— Y yo hablo en serio al decirle que su belleza casi me deja ciego.




— Sino me dice que le sucede, seriamente, me veré en la necesidad de pedirle que se vaya, y hablo en serio.



— Yo también doctor... En serio que me duele todo.



— Oh Dios, ¿y qué es lo que más le duele?



— Bueno... ¿Alguna vez le ha revisado el pene a algún paciente?

Entre dinosaurios y doctores | ChenMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora