La noche seguía su curso, algunos de los invitados bailaban, otros conversaban y disfrutaban de los bocadillos. En algún momento se quedó sola sentada en un rincón mirando a sus amigas bailando con sus parejas, volvió a llenar su copa de ese vino espumoso libre de alcohol y lo bebió lentamente. La puerta se abrió dejando entrar a tres apuestos jóvenes vestidos completamente de negro, muy elegantes, detrás de ellos entró un hombre con una "X" en el rostro, cabello bien peinado en una coleta alta y vestía un traje sastre negro con camisa blanca y corbata negra. Todos los presentes se sorprendieron al verlos en especial la linda azabache que creía que no volvería a ver al de coleta después de aquella discusión que tuvieron, una de la cual apenas si tenía recuerdos. Sus tíos no comentaron nada pues estaban al tanto de su situación con cierto ninja de coletas y la extraña amistad que inicio con Tobe, no lo aceptaban del todo, pero mientras ella fuera feliz estaba bien.
La fiesta de aniversario volvió a tomar su curso y el ninja de cicatriz se le acercó y le tendió la mano invitándola a bailar, aceptó nerviosa. La música cambió de repente sonando una canción lenta y romántica «Demonios...» Tobe la tomó de la cintura acercándola más a él y lentamente llevó el ritmo de aquella melodía. Su corazón estaba acelerado y podía sentir la mirada de todos sobre ellos.
—¿Qué pasa? Pareces nerviosa — sonaba tan frío.
—No... no pasa nada... me preguntaba porqué no vinieron tus ninjas.
—No saben comportarse, creeme, no los querrías aquí — dirigió la mirada a los jóvenes que llegaron con él — Solo me acompañan mis chicos más fuertes y confiables
Pucca también miró hacia ellos, nunca los había visto sin sus máscaras y parecían tener al menos dos años más que ella, sintió el rostro de Tobe demasiado cerca del suyo y su piel se erizó, ese hombre destilaba peligro por cada poro de su piel. Tobe disfrutaba de aquel aroma tan delicioso y virginal que mezclado con la nueva droga que corría en su sangre lo hacían sentir como en un sueño, no lo soportó más y dejó que su cuerpo actuará solo, dejando su mano posicionarse en la nuca de la bella azabache jalándola hacia él, quería besarla, pero rápidamente esquivó esos tiernos labios y besó su cuello de manera discreta, nadie lo notó a excepción de Garu que bastante molesto se acercó y jaló del brazo de Pucca y la puso detrás de él. Tobe sonrió de esa manera tan descarada, maliciosa y burlona, esa sonrisa que te hacía odiarlo.
—No entiendo tu reacción, Garu, después de todo yo no fui quien la dejó en medio del bosque llorando y con el corazón destrozado.
—No te metas, eso es asunto entre ella y yo — sonaba molesto y alzó un poco la voz — Ya cumpliste tu venganza, tú mismo me marcaste para que recordara mi derrota, ya no tienes que seguir buscando formas para fastidiarme así que lárgate y deja a Pucca tranquila.
Tobe soltó a carcajearse divertido desconcertando un poco a los presentes.
—Mis asuntos con ella no tienen nada que ver contigo, mocoso.
—¿Entonces qué es? ¿Solo buscas pasar un buen rato con ella y después botarla?
—No tengo porqué responder tus estupideces.
—Maldito infeliz.
—Escucha mocoso, dejemos que ella elija con quién quiere estar.
En ese momento esos penetrantes ojos azules se posaron sobre ella y una mano pedía ser tomada, se le erizó la piel. La voz de Tobe cambió de repente, sonando tan gentil mientras esbozaba una sonrisa galante.
—¿Vienes, pequeña?
—No Pucca — pidió Garu casi suplicante — Él solo busca burlarse de ti.
La azabache estaba en un momento bastante incómodo y difícil ¿Qué debía hacer?
—Vamos, pequeña — le guiñó un ojo.
—Pucca, no lo hagas.
Por su mente pasó el recuerdo de aquella tarde cuando Garu la rechazó y la manera en que discutieron esa última vez, seguía molesta por eso, y por otro lado estaba Tobe quien la ayudó aquella noche y fue gentil, pero también habían discutido sin embargo no podía estar molesta ya que no recordaba el porqué de dicha discusión, y entre todo eso tenía muy presente ese beso que él le dio. La respuesta no tardo en llegar y sin más tomó la mano de Tobe que la jaló hacia él abrazándola por la cintura, todos se quedaron sin palabras y Garu se lleno de ira y desconcierto.
—¡¿Pucca, qué rayos haces?!
—¡No te metas Garu! ¡Déjame en paz!
Se aferró más a Tobe que sonreía triunfante mientras los tres jóvenes de negro los rodeaban.
—Adiós, perdedor.
Soltó a reír a carcajadas divertido y los jóvenes hicieron estallar bombas de humo cegando a todos.

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Bajos instintos (Tobecca)
Fiksi PenggemarTobe ha bebido una poción que prometía hacerlo más fuerte con el fin de derrotar a Garu, su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por completo, sin...