Se acercó a la puerta y tocó un par de veces pero nadie salió, hizo una mueca y volvió a tocar sin obtener respuesta «Parece que salió» Suspiró pesadamente y decidió dejar el pedido cerca de la puerta, pero justo cuando iba a hacerlo escuchó a lo lejos que algo se agitaba entre el bosque de bambú haciéndola mirar hacia esa dirección prestando más atención. Una risa burlona y voz ronca llamaron su atención y rápidamente fue a investigar.
Se acercó con cuidado y pudo visualizar a dos figuras masculinas chocando sus katanas con tanta furia que sacaban chispas y el ruido del metal retumbaba por el lugar, de repente uno de ellos cayó al suelo haciendo que el otro hombre estallara a carcajadas. La joven se acercó un poco más para una mejor vista y se sobresalto cuando vio que el hombre que yacía en el suelo era Garu, en cuanto al otro hombre, llevaba una máscara, pero logró reconocerlo por la cicatriz en medio del rostro, Tobe.
«No puedo creerlo... ¿Él aquí? ¿Cuando volvió?» De pronto la voz del hombre de la cicatriz la sacó de sus pensamientos.
—Parece que haz perdido el toque.
Garu gruñó molesto y con algo de dificultad se levantó poniéndose en posición, dando a entender que no se dejaría vencer, el enmascarado levantó una ceja y chasqueó los labios fastidiado.
—Si eso quieres — metió la mano entre sus ropas y sacó un frasco con un extraño líquido rojo en su interior — ¿Ves esto? Esto me dará el poder para terminar contigo — quitó la tapa del frasco y bebió el líquido.
«¿Qué se supone que haga esa cosa?» Se removió un poco más en su lugar mirando con atención.
Garu frunció el ceño en espera de que algo pasara, pero al ver que su oponente se quedaba inmóvil, se lanzó sobre él dándole una patada en el vientre haciéndolo caer de rodillas, Tobe se quejó de dolor, parecía confundido, pues no entendía porqué la poción no le había hecho nada.
Pucca, que miraba todo desde la distancia, sonrió pues sabía que su amado saldría victorioso de aquella pelea «¡Eso es!» En eso vio cómo Tobe alcanzó a Garu golpeándolo fuertemente en el rostro haciendo que cayera de nuevo, se molestó por la situación y decidió intervenir saliendo de su escondite para pararse en medio de los dos hombres.
—No estorbes — refunfuñó Tobe molesto.
La azabache ayudó a Garu a ponerse de pie y luego le dirigió una mirada llena de ira. Tobe solo se cruzó de brazos y la miró amenazante con esos intensos ojos azules que hipnotizaban a cualquiera, y sin dejar de mirarla le dirigió unas palabras a su enemigo.
—¿Sigues dejando que tu novia te defienda? — se burló — Creí que habías cambiado, pero solo veo al mismo mocoso cobarde que utiliza a una chica como escudo.
Esas palabras enfurecieron más a Pucca «¡Ya me cansaste!» Y sin dar tiempo a que Tobe reaccionara le lanzó uno de sus puños demoledores mandándolo unos metros más adelante, luego volteó y le sonrió a Garu tiernamente, el chico solo desvío la mirada y empezó a alejarse de ahí directo a su casa. La joven volteó a donde había caído su enemigo, pero ya no estaba ahí «Es rápido huyendo» Suspiró profundo y rápidamente sacudió la cabeza para dejar de lado sus pensamientos y fue a alcanzar a Garu.
Lo encontró sentado en la entrada de su casa, rápidamente se sentó a su lado y le dió un tierno beso en la mejilla haciéndolo refunfuñar. El joven de coletas estaba cansado por la pelea y la presencia de Pucca le incomodaba así que rápidamente le tendió el dinero para pagar su orden y hacer que se fuera pero cuando ella lo tomó también le tendió un sobre rojo.
Se tardó un poco en reaccionar y cuando lo hizo se señaló a si mismo dando a entender que preguntaba si esa carta era para él; sonrojada, la azabache asintió rápidamente con la cabeza y agitando el sobre de forma insistente. Garu hizo una mueca, cansado, tomó el sobre y lo abrió para leer la carta que estaba dentro pues sabía que Pucca no se iría de ahí hasta que la leyera.

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Bajos instintos (Tobecca)
FanfictionTobe ha bebido una poción que prometía hacerlo más fuerte con el fin de derrotar a Garu, su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por completo, sin...