La llevó hasta su habitación donde se despojó de su saco y la corbata para abrir un poco su camisa, volteó a ver a su invitada, realmente no creyó que eligiera irse con él, esperaba que saliera corriendo o tomará la mano de Garu, pero no fue así, ahora estaba en su habitación poniéndolo un poco incómodo aunque por otro lado le gustaba tenerla ahí, la notó muy pensativa.
—¿Te arrepientes de venir conmigo?
—No... — tímida — es solo que... la última vez que estuve aquí discutimos por algo.
—Una tontería sin sentido.
Se acercó a ella y tocó su frente, como si le revisará la temperatura, Doga había borrado de su memoria lo de aquella vez «Es mejor así» Notó un lindo brillo en esos ojitos oscuros y otra vez ese rico aroma le picó la nariz.
—¿Qué fue toda esa actitud?
—¿Eh? — saliendo de sus pensamientos y alejándose — Nada, solo quería molestar a ese tonto ¿Viste su cara?
Soltó a reír a carcajadas divertido hasta que esa linda voz lo hizo callar.
—Me incómoda que rías de ese modo.
No respondió solo se le acercó, esta vez un poco más, Pucca se sintió intimidada por esa mirada, ese hombre otra vez le daba una sensación de peligro, quería alejarse pero a la vez deseaba tanto estar ahí. Que delicioso aroma, no podía evitarlo, le encantaba poder disfrutar de el, otra vez dejó que su cuerpo actuará solo, pero esta vez devoró esos suaves labios en un profundo beso siendo correspondido. Pucca se sintió estremecer y su corazón latía con fuerza, lo abrazó por el cuello y se ponía de pie. La rodeó por la cintura acercándola más a él, esta vez quiso atreverse un poco más y llevó la punta de su lengua a acariciar tiernamente esos ricos labios pidiendo entrar, ella se lo permitió y pudo sentir su torpeza dándose cuenta de su inexperiencia lo cual no le pareció raro pues esa chica se la pasó persiguiendo un amor no correspondido.
Estar de pie se estaba volviendo incómodo así que apretó más el abrazo y la guio hasta la cama donde se sentó y ella se acomodaba sobre sus piernas. La azabache sentía un intenso calor en su pecho que bajaba hasta su entrepierna, era algo nuevo y placentero, pronto sus pulmones pidieron oxígeno haciendo que se separaran.
—Tobe... — susurró jadeante.
La manera en que pronunció su nombre lo hizo estremecer de deseo, animándose a besarle el cuello mientras bajaba lentamente el cierre de su vestido, ella se abrazó más a él haciendo un movimiento involuntario de cadera rozando sus sexos, y un gruñido apenas audible salió de su garganta.
—Joder... — comenzaba a exitarse — hueles... tan bien...
La sostuvo con fuerza para poder girarse y dejarla debajo de él, la azabache temblaba y sus mejillas estában coloradas, le pareció adorable, no lo resistió y empezó a lamerle el cuello haciéndola soltar un gemido, su piel tenía un sabor dulce que solo lo estaba provocando aún más y el pantalón comenzaba a apretarle de la entrepierna, lamió un poco más y por instinto abrió la boca, su lobo deseaba tanto clavar los dientes en ese tierno cuello, debía marcarla como suya, pero se detuvo en seco pues el recuerdo de aquella noche lo invadió, esa noche en la que estuvo a punto de desgarrar su carne y tragarsela, cerró los ojos con fuerza y bufó molesto «¡Mierda!» Se levantó y le dio la espalda.
—No puedo... Esto no está bien.
Sin dar oportunidad a que ella dijera algo corrió a encerrarse en el baño, se lavó la cara con agua fría y miró su reflejo en el espejo «¿Qué mierda me pasa? No puedo... No después de querer comérmela» Suspiró profundamente y salió, la vio sentada al borde de la cama, estaba muy silenciosa, sacó del ropero una playera negra y la dejó sobre la cama.
—Para que estés mas cómoda. Me quedaré con los ninjas.
Le dijo sin mirarla y salió a toda prisa de la habitación.

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Bajos instintos (Tobecca)
FanfictionTobe ha bebido una poción que prometía hacerlo más fuerte con el fin de derrotar a Garu, su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por completo, sin...