Los osos se miraron entre ellos conmocionados mientras el lobo gruñía mostrando los dientes, agacharon la cabeza y luego echaron a correr perdiéndose en el bosque, ya no podían seguir ahí y lo que era peor es que con su Alfa muerto tampoco podían quedarse las tierras que habían conquistado anteriormente. Tobe resopló molesto y dirigió sus amenazantes ojos azules a las personas que no podían dejar de mirarlo. Kai de inmediato se dejó caer de rodillas y llevó la frente contra el suelo.
—¿Qué haces? — preguntó uno de los ninjas.
—Mi Alfa ha vencido, por lo tanto, le debo agradecimiento y respeto.
Ante tales palabras los treinta ninjas se reagruparon en tres filas, Kenzo, Hiro y Seiji se ubicaron al frente y, a diferencia de Kai, todos llevaron una rodilla al suelo y un puño al pecho manteniendo la mirada baja. El grupo de amigos se mostró un poco confundido y con algo de asombro al ver tal muestra de respeto, el enorme licántropo volvió a gruñir para después devorar aquel cuerpo ante la mirada de todos, en silencio los ninjas se pusieron de pie y comenzaron a avanzar despacio hacia él llevando cuerdas.
—¿Ahora qué hacen? — preguntó Ching.
—Van a capturarlo — respondió Chief.
El animal se mantenía ocupado alimentándose, no prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor hasta que sintió esas cuerdas enrollándose sobre su maltrecho cuerpo haciéndolo enfurecer. Como un duro golpe algo llegó a la cabeza de Pucca, era el llamado de la última vez, pero era diferente, era más parecido al sufrimiento y la ira, se llevó las manos a la cabeza «Duele... Te duele» alzó la mirada y lo vio siendo derribado mientras Hiro se montaba a su lomo y ataba una cuerda a su cuello, no quiso verlo de ese modo y tampoco quería seguir escuchando el llamado que solo le causaba un terrible dolor de cabeza por lo que corrió hasta dos de los ninjas y los empujó con fuerza.
—¡Déjenlo!
Otro par de ninjas llegó para detenerla, pero los mandó lejos de un solo golpe, Garu y Ching corrieron hasta ella e igual quisieron detenerla, pero les fue imposible. Pucca golpeó con su gran fuerza a más ninjas y en cuanto el enorme lobo sintió que las ataduras se habían aflojado terminó por levantarse reventándolas, llevó su garra a su espalda para sujetar al ninja que tenía encima para arrojarlo lejos.
—¡Maldición! — refunfuñó Kenzo — ¡Ahora será más difícil! — corrió hasta Pucca y la sujetó de los brazos — ¡Nos matará a todos si no lo detenemos a tiempo!
—¡No! — forcejeó — ¡Tú no sabes!
—¡¿Qué es lo que no sé?!
La azabache no respondió, liberó un brazo del agarre del ninja y luego le soltó un golpe en la nariz haciéndolo caer, se giró y se encontró con la intensa mirada de Tobe que respiraba agitado y tenía entreabierto el hocico dejando escurrir sangre y saliva. Cuatro ninjas lanzaron una pesada cadena, la cual se enroscó en la pierna malherida del licántropo haciéndolo quejarse de dolor mientras tiraban con fuerza de la cadena.
—¡Basta!
Gritó desesperada, su larga cabellera negra se agitó por la fuerza del viento que estaba provocando, las copas de los árboles y las ramas de bambú se sacudieron frenéticamente. Los ninjas temieron al poder de la azabache, pero temían más a su señor convertido en bestia, no querían morir por lo que lanzaron más cadenas quemando esa carne provocando más la ira del lobo. De nuevo Pucca se vio corriendo hacia ellos para detenerlos, pero Kai se le echó encima, rodaron y forcejeó tratando de quitársela de encima percatándose de que esa ninja, aunque parecía de aspecto frágil y era más pequeña que ella, poseía bastante fuerza.
—¡Haz hecho al amo enfurecer!
—¡Él solo quiere que lo dejen tranquilo!
—¡Deben hacerlo!
—¡¿Es que acaso no lo escuchas?!
Kai la miró confundida por un instante hasta que la poderosa garra de Tobe, que había conseguido liberarse momentos antes, la sacó volando contra un pequeño grupo de ninjas que se acercaban corriendo mandándolos contra el suelo, Abyo disparó su arma tres veces y las balas se incrustaron en el hombro del lobo quien solo enfureció aún más y lo lanzó contra el techo de una casa de un manotazo. Otra cadena lo sujetó por el cuello mientras dos ninjas se le arrojaban encima, se sacudió frenéticamente y el poderoso viento llevaba el olor a flores de loto hasta su nariz poniéndolo ansioso. Garu apretó los dientes, arrojó su katana al suelo y desenfundó aquella que el villano le había dado días antes y comenzó a correr listo para clavarla en el cuerpo del licántropo hasta que Seiji se le arrojó encima.
—¡Ni lo pienses!
Garu no respondió y vio a más ninjas salir volando de un poderoso golpe, y de un momento a otro Tobe estaba sobre Pucca, resoplando molesto sobre su rostro, ella no hacía el más mínimo intento por escapar, se mantenía inmóvil con la mirada fija en esos brillantes ojos azules y el viento dejó de soplar estrepitosamente.
—¡Eras tú! ¡Siempre fuiste tú!
El lobo gruñó enojado mostrando aún más sus aterradores y afilados dientes, estaba cegado por la ira que no hacía caso a las palabras de esa joven, su olor a flores le picaba con fuerza en la nariz, debía devorarla, ella era suya e ignorando el dolor de su fractura alzó su garra listo para matarla.
—¡Pucca! — gritó Ching aterrada.
Y Tobe se detuvo en seco, escuchar ese nombre lo sacó de su trance, su mirada cambió, ahora mostraba miedo y preocupación, se levantó y retrocedió un par de pasos, se miró las garras y gruñó bajo «¿Qué estuve a punto de hacer?» miró a su alrededor confundido, todos le miraban con atención y retrocedió un poco más para luego echar a correr adolorido y con torpeza en esa forma híbrida sobre sus cuatro patas en dirección al bosque. Pucca se levantó y rápidamente fue tras él a esa gran velocidad con la que antes perseguía a Garu por la aldea para besarlo, el llamado en su cabeza era cada vez más fuerte, debía darle alcance, sentía esa fuerte necesidad de estar con él.
Kenzo apretó la cadena que tenía en las manos con tanta fuerza que las articulaciones le dolieron, refunfuñó algo entre dientes y luego se dirigió a Chief y Clown.
—Traigan a los civiles de vuelta, usen los túneles, nosotros iremos por el amo — dirigió la mirada a Garu — ¡Más vale que tú y tus amigos no abran la puta boca! ¡Nadie más debe saberlo!
Dicho esto, corrió seguido de los ninjas para darle captura al licántropo y así evitar que hiciera más daño, pero sobre todo debían mantener a Pucca a salvo, no debían permitir que saliera herida o, peor aún, que terminara muerta, ella era lo más importante para su señor y les hizo jurar que harían lo que fuera para protegerla.

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Bajos instintos (Tobecca)
Fiksi PenggemarTobe ha bebido una poción que prometía hacerlo más fuerte con el fin de derrotar a Garu, su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por completo, sin...