Estaban celebrando con pizza y cerveza a su nueva integrante, que después de superar una dura prueba en las cascadas para medir su determinación y valor, necesarios para demostrar que es capaz de enfrentar cualquier adversidad sin importar cuan dura sea, oficialmente ya era una de ellos al recibir la marca por parte de su señor que los identificaba como pandilla la cual consistía en una cortada en cruz a un costado del abdomen, así como el recibir su traje negro, y lo mejor es que podían hacer lo que les plazca aprovechando el permiso y ausencia de su señor, un ninja caminó hacia Kai.
—¡Debes beber con nosotros!
—Oh no — respondió Kai — No tengo edad suficiente.
—¡Tonterías! Yo ya bebía antes de tener tu edad.
Todos soltaron a reir junto a Kai que alejaba las botellas que sus compañeros le pedían tomar.
Pero mientras todo esto ocurría, en algún lugar del bosque estaba Tobe de rodillas drogado apenas lo suficiente para evitar que cambiara de forma durante esa luna llena que se alzaba en lo alto delante de él había un brasero de barro negro rodeado de ceniza blanca y cuarzos azules, también había velas blancas y negras con algo escrito, así como también algunas hierbas, Shaman y Doga realizaban una extraña danza entre palabras en un lenguaje antiguo.
—Luna tektigo silenshioza di kas noktez. Yu kha zabes di amoreks, penoks to llantiz...
La luna destelló aún más y un potente rayo de luz bajó hasta donde estaban, los brujos arrojaron las hierbas sobre el brasero y un humo gris de aroma dulce empezó a elevarse, cada uno tomó un cuchillo para cortar la palma de una de sus manos y su sangre cayó sobre el brasero.
—Venid a me, venid a noshotroz. Iluminaknoz khon tu paliko rayo. Eskushanoz kha rekerimoz di tu shabidurie...
La luz destelló aun más y delante de ellos apareció un hombre de piel pálida, cabellera hasta el suelo de color negro azabache y vestía un elegante y elaborado kimono celeste y negro con bordados en dorado y plata, los brujos se pusieron de rodillas ante él y Shaman fue quien tomó la palabra.
—Tsukuyomi, dios de la luna, tú que iluminas la noche con tu esplendor, te hemos llamado para que escuches a mi señor.
El dios dirigió la mirada al hombre de coleta que parecía perdido en su mente, lo observó un momento y con su abanico lo hizo levantar la cabeza, esbozó una pequeña sonrisa.
—En tiempos antiguos de guerra, tres generales me pidieron que les diera a ellos y a sus tropas el poder de las bestias que estaban pintadas en sus estandartes a cambio de adoración y altares en mi nombre, querían proteger a los suyos y llevar paz, es así como surgió lo que tú eres. Ahora dime, mi niño ¿Qué es lo que deseas de mí?
—Yo... — apenas podía pronunciar palabra — quiero que... me liberes... quítame esto que tanto me aqueja...
—¿Y qué es?
—Licantropía...
Tsukuyomi se apartó y frunció ligeramente el entrecejo, aquella petición lo molestó sin duda.
—¿Por qué querrías devolverme mi bendición?
Tobe apretó los puños y como si los efectos de la droga hubieran pasado, se levantó y alzó la voz dejando a los brujos con temor a la ira del dios.
—¡¿Bendición?! ¡Esto no es más que una maldición que me ha jodido!
—¡La licantropía no es ningún mal! — exclamó molesto — Fueron ustedes los mortales quienes se encargaron de manchar mi bendición con su ambición y su arrogancia, se corrompieron, se hicieron enemigos y perdieron el camino. Los he visto matarse entre ustedes, duele ver como mis hijos se extinguen.
—¡Es que no quiero hacerle daño! — volvió a quedar de rodillas.
—Mi hijo está enamorado ¿No es así? — no hubo respuesta.
Tsukuyomi volvió a acercarse y tocó su frente con la punta de su dedo índice y al instante Tobe adquirió su forma híbrida, el dios sonrió.
—¿Por qué querría deshacerme de tan hermoso ejemplar? — tomó la enorme cabeza del lobo entre sus manos — Eres tan negro como la oscuridad misma, ya no quedan muchos como tú, quizás seas el último, sería maravilloso que tuvieras descendencia.
Y para asombro de los brujos el enorme lobo habló.
—No puedo, la quiero a ella, solo a ella, es mía, la pusiste en mi camino, padre mío, la escogiste para mí.
—Es humana, pero si ella es quien está destinada a ti entonces no dejaré que eso sea un problema, tendrás tu desendencia.
—No padre, sería una gran carga, ella va a sufrir y yo solo quiero protegerla.
—Escucha bien, hijo mío, debes aprender a controlar tus instintos, el miedo será tu peor enemigo.
—No sé cómo...
El dios juntó su frente con la del lobo que gruñía bajo, aunque parecía más un sollozo.
—Escucha a tu corazón, ahí encontrarás la fuerza que necesitas.
—Por favor, padre te lo imploro, ya no sé qué más hacer.
—Deja que el general de los lobos te guíe y si te encuentras con tus hermanos ayudalos a retomar el camino de sus generales, solo así se salvarán de desaparecer.
Dicho esto, Tsukuyomi se apartó para poder dedicarle una cálida sonrisa y luego se desvaneció en la negrura de la noche. Tobe volvió a su forma humana y se cubrió el rostro con ambas manos.
—No... — susurraba — ¿Por qué padre? — golpeó la tierra con los puños — Desgraciado...
Soltó a sollozar un poco, Shaman quiso consolarlo pero él le dio un empujón y luego lanzó un grito desgarrador lleno de ira hacía el cielo, se puso de pie y se fue corriendo de ahí, frustrado y sintiéndose como un estúpido, no obtuvo lo que tanto deseaba, el dios no lo liberó.
Al entrar en su guarida encontró a los ninjas ahogados en su borrachera, uno de ellos estaba de pie en medio de todos haciendo una mala imitación de él.
—¡Yop! — señaló a sí mismo — Su sexy amo... el graaaan Tobe... soyj un lobo feroz y voy a... voy a aullar...
—¡Ejperate! — dijo otro interrumpiendo y haciendo voz chillona — Ay... sexy y podejroso Tobe ujsted... usted me prende.
—Oh, pero si es la sensual... Pucca - abrazo a su compañero — Venjte shiquitaa que te voy a... comeeer... ¡Aaaauuuuu!
Todos estallaron en risas y entonces apretó los puños con fuerza, el hablar con el dios lo había dejado de mal humor y no estaba como para tolerar ese tipo de comportamiento, gruñó bajo y gritó fúrico haciendo que todos callaran.
—¡Malditos estúpidos! ¡Holgazanes, buenos para nada!
Kenzo se paró a su lado, tambaleante y esbozando una sonrisa boba, inmediatamente volteó a verlo.
—¡Te dije que los vigilaras!
—Tranquilo jefecito... Tengo toooodo bajo control.
—¡Estúpido! ¡Debes empezar a tomar enserio tu puesto! — lo sujetó del cuello de su camisa para mirarlo a la cara — ¡¿No te das cuenta que cuando yo no esté tú te harás cargo?!
No obtuvo respuesta así que le quitó el cigarrillo de la boca y lo empujó a donde estaban los demás.
—¡A las cascadas! ¡Ahora! ¡Muevanse, inútiles!
Gruñó aún más molesto y se llevó el cigarrillo que le quitó a Kenzo a la boca para ir a levantar a dos ninjas del suelo y hacer que se muevan, le dio una patada a uno y salió detrás de ellos.

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Bajos instintos (Tobecca)
Fiksi PenggemarTobe ha bebido una poción que prometía hacerlo más fuerte con el fin de derrotar a Garu, su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por completo, sin...