La encontró profundamente dormida a su lado, retiró los mechones de cabello de su rostro para poder contemplarla mejor y posó un delicado beso sobre su mejilla haciéndola despertar. La azabache, al verlo, rápido se abalanzó sobre él abrazándolo con fuerza y derramando unas cuantas lágrimas mientras él la abrazaba por la cintura.
—Estoy bien, no pasó nada — la apartó para mirarla — Creí que te habías ido después de que te grité... perdóname.
—Ya no importa — dijo en tono dulce — Tobe, no quiero alejarme de ti, aún si todo el mundo está en nuestra contra.
El ninja no comprendió por qué dijo aquello, sin embargo no quiso preguntar y la abrazó de nuevo dejando que el fresco aroma a flores entrara con fuerza en su nariz.
—Te amo, mi niña — le susurró al oído.
—Te quiero.
No era la respuesta que tanto deseaba escuchar, pero sabía que ella lo amaba de igual manera o quizá un poco más y sabía que detrás de cada "Te quiero" se escondía un "Te amo", se miraron directo a los ojos y luego se unieron en un beso profundo cuando Shaman entró interrumpiéndolos y de inmediato Tobe le lanzó una mirada fulminante.
—Ah, per... perdón — avergonzado — Creí que... aún no despertabas. Solo quería ver cómo seguías.
El ninja resopló molesto y desvió la mirada, Shaman se acercó y retiró el vendaje que cubría la cabeza del ninja para revisar el estado de la herida y al ver que estaba mejor volvió a cubrirla.
—Tuviste suerte, no fue tan grave — fue ignorado por lo que rodó los ojos y luego miró a la azabache — Anoche llamé a tu casa para avisar que estabas aquí, así tus tíos no estarían preocupados.
Pucca le sonrió en agradecimiento, devolvió el gesto y sin decir nada más salió de la habitación cerrando la puerta, removió su negro cabello mientras soltaba un suspiro y fue directo a su habitación donde encontró a Doga empacando sus cosas.
—Entonces era en serio lo de irte.
—Sabes que nunca he podido quedarme en un solo lugar — sin mirarlo — Te ayudé en lo que pude, no hay más qué hacer así que ya no me necesitas.
—Te equivocas — acercándose para abrazarla por detrás — Yo te necesito. Por favor Doga, no te vayas de mi lado.
La bruja cerró los ojos con fuerza y de un solo movimiento se liberó de los fuertes brazos del brujo y se giró a verlo con molestia y quizá algo de nostalgia.
—Fuiste tú el que se fue, Jumong — era la primera vez en tanto tiempo que lo llamaba por su nombre — Dijiste que solo sería por un año, sin embargo no fue así.
—Lo siento — tomó su rostro entre sus manos — Todavía te amo y sé que tú también sientes lo mismo.
No pudo decir nada, se perdió en el color gris de los ojos de Jumong quien sin dudarlo la besó en los labios, se sintió estremecer, había pasado tanto tiempo de la última vez que sintió esos labios sobre los suyos, el brujo tenía razón, aún sentía algo por él. Aquel beso se volvió más intenso y pronto se sintieron en la fuerte necesidad de sentir sus cuerpos, piel con piel.
No supieron en qué momento sus prendas habían terminado dispersas sobre el suelo y mucho menos el momento en que llegaron a la cama en donde se perdían en una pasión desenfrenada. Las largas uñas de Doga rasgaron más de una vez la blanca espalda del brujo mientras el intenso vaivén de caderas la hacía gemir y jadear de placer, Shaman besaba y pasaba la lengua por esos firmes pechos haciéndola suspirar, dejaba pequeñas marcas rojizas por donde quiera que pasaba sus labios y sus manos acariciaban con frenesí cada parte de ese cuerpo de piel morena. La habitación se llenó de los gemidos, jadeos y suspiros de ambos, no querían dejar pasar por alto el más mínimo rincón de sus cuerpos, de nuevo sus besos desesperados callaban sus gritos de placer, estaban perdidos en esa pasión, la lujuria y el deseo desbordaban por cada poro de su piel, era como si quisieran recuperar el tiempo perdido.
Doga despertó y miró a Jumong que dormía profundamente a su lado, sin hacer mucho ruido se puso de pie, se vistió y tomó sus cosas, posó un tierno beso en la mejilla del brujo y salió. Pasó de largo junto a los ninjas que en ese momento estaban comiendo y haciendo su desastre como ya era costumbre, salió por la puerta de atrás y caminó hasta su vieja camioneta y sin mirar atrás encendió el motor y se marchó.

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Bajos instintos (Tobecca)
FanfictionTobe ha bebido una poción que prometía hacerlo más fuerte con el fin de derrotar a Garu, su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por completo, sin...