Regresaron cansados y hambrientos, y para su gran asombro el Goh Rong mandó una gran dotación de fideos para cada uno como agradecimiento por su excelente trabajo en la reconstrucción de la aldea, lo extraño es que era el chico rubio, Dada, quien traía el pedido además de que también traía un mensaje para el ninja de la cicatriz, la cual entregó a uno de los ninjas y pasó a retirarse.
Tobe salió de su oficina agobiado de tanto trabajo y lo único que quería disfrutar de esos deliciosos fideos antes de tener que encerrarse en su habitación, pero uno de los ninjas se le acercó para entregarle una nota.
—Es un mensaje de la señorita Pucca.
El ninja de cicatriz, se mostró algo confundido, tomó el pequeño papel, miró a su subordinado correr apresurado a tomar su lugar en la mesa y luego se dispuso a leer dicha nota, en cuanto terminó se dio la vuelta y comenzó a subir las escaleras a toda prisa rumbo a su habitación.
—¡Llamen a Shaman! — alcanzó a decir justo antes de cerrar la puerta.
Y es que la nota no era más que una invitación a cenar con Pucca y sus tíos, eso en definitiva lo tomó por sorpresa, pero no iba a rechazar dicha invitación, debía quedar bien.
Estaba ahí, sentado muy quieto, nervioso y sintiéndose un poco incómodo, nunca imaginó verse compartiendo la mesa con los tíos de Pucca, y justo en ese momento se sentía aún más vulnerable cuando la azabache fue a la cocina por el postre dejándolo solo y siendo observado con atención.
—Sabes — comenzó a decir uno de los chefs — Nuestra niña sufrió mucho cuando Garu la rechazó, lo que nunca imaginamos es que fueras tú quien la apoyará cuando más lo necesitaba.
—Yo... podré ser muchas cosas, pero conozco bien el sufrimiento y lo que es el rechazo así que simplemente no podía darle la espalda.
—Agradecemos eso, aunque no negaré que en un principio no nos gustaba nada la amistad que empezó a tener contigo.
—Y no los culpo, yo mismo me he encargado de que todos en la aldea me miren mal — suspiró profundo para calmar un poco sus nervios — Quizá ya conozcan el tipo de relación que tengo con Pucca, pero quiero aprovechar el momento para hacer las cosas bien, así que quiero pedir su permiso para estar con ella, tal vez no sea mejor que nadie aquí, pero puedo jurar que mis sentimientos son sinceros.
—Tobe, lo único que queremos es que nuestra niña sea feliz y si esa felicidad la encontró a tu lado entonces estaremos de acuerdo siempre y cuando prometas no hacerle daño y la cuides.
Asintió con la cabeza y les lanzó una mirada firme y decidida, solo eso fue suficiente para jurar que haría lo que fuese por su amada azabache que apareció poco después con una tarta de manzana la cual dejó sobre la mesa y sin decir nada lo cortó dándole a cada uno una rebanada y volver a su sitio junto a Tobe. La cena terminó bien, se despidió de los chefs que se retiraban a descansar para después acompañar a la azabache a la pequeña sala y tomar asiento en el sillón grande.
—Te siento un poco extraño.
—Si no lo habías notado, pequeña, es luna llena y Shaman tuvo que inyectarme una droga especial para evitar la transformación.
—Lo siento, olvidé que no tienes control sobre eso, pudiste haberme recordado y así cambiar la cena para otra noche.
—Está bien — le acarició el rostro — el efecto de la droga durará un par de horas más, así que puedo quedarme otro rato — la besó en la frente — Tus tíos son buenas personas, siempre están brindándote su apoyo y viendo por tu bienestar.
—Bueno, eso es lo que hacen las familias.
—Hace mucho que olvidé lo que es tener una familia — se escuchó un poco melancólico.
—¿Dónde están?
—Muertos — respondió con indiferencia.
—¿Solo eso dirás? — insatisfecha por tal respuesta.
—Bien, te diré — soltó un suspiro — Garu y yo venimos de una aldea lejos de aquí, su madre falleció cuando él nació y su padre lo crío de una manera muy estricta.
—Quizá eso explique el porqué es así.
—Tal vez — alzándose un poco de hombros — En fin, mi madre era curandera, ella siempre fue buena conmigo hasta que una terrible enfermedad la terminó matando. Garu y yo entrenábamos juntos con nuestros padres hasta que...
—¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes?
—No sé si deba contarte esto.
Pucca le lanzó una mirada insistente, el ninja bajó un poco la mirada y se frotó su cicatriz del entrecejo con la mano para después perder la mirada en algún lugar de la alfombra.
—Nunca supe qué fue lo que pasó... — susurraba — Garu estuvo ahí... vio todo... vio a su padre morir a manos del mío...
La azabache bajó la mirada, era claro que saber aquello la dejó sin palabras, se quedaron así, en silencio y sin atreverse a mirarse, era cómo ver a dos extraños. Tobe la miró de reojo y decidió romper con ese silencio incómodo.
—Garu retó a mi padre a un duelo y para haber sido solo un niño lo venció fácilmente y mi padre, al verse humillado y ser deshonrado, cometió suicidio sin importarle el dejarme solo, después de eso Garu se fue.
—¿Ese era el motivo de tu venganza? — aún con la mirada perdida.
—Sí... seguí sus pasos sin descanso, viví en la calle, robé y peleé para tener un bocado en la boca — hizo una breve pausa — Un día salvé la vida de tres huérfanos y se sintieron en deuda conmigo, prometieron seguirme a dónde fuera y con el tiempo el grupo se fue haciendo más grande.
—Kenzo y los otros... — volvió a mirarlo — cuidaste de ellos y los entrenaste, se volvieron tu familia — lo vio asentir y luego soltó una risita — No me lo tomes a mal, pero pareces su padre.
El ninja la miró de forma extraña y luego rio un poco junto a ella que lo abrazaba con cariño provocándole algo de alivio ya que creía que después de contarle esa verdad ella ya no querría estar con él. Se quedaron así unos minutos, el ninja disfrutaba tanto de ese aroma tan delicioso que deseaba quedarse a su lado toda la noche, pero sabía que era arriesgado, bajó la mirada a sus manos y vio que sus uñas se habían tornado negras.
—Está comenzando, tengo que irme.
La azabache se apartó para mirarlo, le sonrió con ternura y tomándolo de las manos lo llevó a su habitación.
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Bajos instintos (Tobecca)
FanfictionUna misteriosa poción que prometía hacerlo más fuerte, ha sido bebida con el fin de derrotar a su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por complet...