¿Quién se iba a imaginar que el que terminara cubriendo los gastos para la reconstrucción de la aldea fuera aquella hierba mala del jardín? Justo así fue y ahora estaba absorto en un montón de notas por pagar, haciendo cuentas y realizando algunas llamadas. En el pasado pagar por semejantes daños hubiera sido un gran problema ya que muy pocas veces había para comer por lo que había que robar para sobrevivir, pero ahora todo era diferente, el salir de la aldea le dio acceso a personas importantes con la facilidad de pagar grandes sumas de dinero por trabajos que no cualquiera estaba dispuesto a tomar y gracias a eso habían logrado prosperar.
Alguien llamó a la puerta de su oficina un par de veces y luego la puerta se abrió dejando entrar a Kai que de inmediato hizo una reverencia.
—¿Me mandó llamar, amo?
—Cierra la puerta y toma asiento — sin mirarla y con tono frío.
La ninja rápidamente hizo lo que se le ordenaba y se mantuvo en silencio recorriendo el lugar con la mirada percatándose que no era muy grande, algo oscura, no había más allá de un archivero, el escritorio de madera de pino, el cómodo asiento de su señor, la silla donde estaba sentada y otra igual a su lado. El ninja de la cruz en el rostro hizo a un lado su trabajo y su voz profunda y ronca retumbó por toda la habitación haciendo sobresaltar a la ninja.
—Le pedí a Doga que hiciera uno para ti.
De un cajón a su derecha sacó una cadenita de la cual colgaba una piedra verde con forma de cuña y la dejó sobre el escritorio para que la chica pudiera verlo.
—Es cómo el que traen Kenzo y los demás.
—Lo necesitas tanto cómo ellos — encendió un cigarrillo — Su única función es protegerlos, además de que oculta su aroma, lo cual resulta muy útil cuando tienen que capturarme.
La joven tomó el amuleto y lo miró con detenimiento «Así que esto es lo que causaba que a veces no pudiera olerlos...» De nuevo la voz de su señor la hizo sobresaltar.
—Si no mal recuerdo, tú me dijiste que los licántropos que han decidido ser compañeros forman un lazo el cual permite que se entiendan cuando están en su forma animal o híbrida — dejó escapar algo de humo — Parece ser que Pucca puede entenderme y no la he enlazado, así que explícame cómo es eso posible.
Kai se encogió un poco de hombros y bajó la mirada, no podía evitarlo, estaba acostumbrada a tener ese tipo de comportamiento ante alguien con ese poder.
—Cada licántropo tiene una pareja ideal que ha sido elegida por Tsukuyomi desde antes de nacer, y en algún momento de sus vidas logran encontrarse. No importa el tiempo o las circunstancias siempre se van a encontrar, es su destino.
—¿Una pareja predestinada? Eso suena un poco absurdo.
Alzó un poco la mirada y lo vio esbozar una sonrisa burlona mientras el humo escapaba de su boca dibujando patrones en el aire y se elevaba lento desvaneciéndose antes de llegar al techo.
—¿Y cómo sabes que has encontrado a tu compañero?
—El olor — lo vio alzar una ceja como pidiendo una mejor explicación — El olor del otro es demasiado fuerte al punto que despierta todos nuestros sentidos y nos pone inquietos, es ahí cuando lo sabes, y lo mismo sucede con el otro. Después del primer apareamiento se forma una conexión especial la cual se refuerza cuando se enlazan.
Tobe apagó el cigarrillo en el cenicero que estaba junto a la lámpara a su izquierda y se levantó de su asiento para caminar por la habitación con las manos en su espalda, pensativo, eso explicaría por qué el aroma de su amada azabache se volvió su perdición en el primer instante que lo percibió, sin embargo se mantenía incrédulo, le parecía ridículo aun cuando él mismo le dijo al dios en persona que había elegido a Pucca para él. Volvió a mirar a la pequeña licántropo.
—Pero ella es humana.
—Eso no quita que el dios la haya elegido para usted, solo que con la diferencia de que usted no podrá sentirla ya que ella no posee la licantropía y por ende tampoco podrá enlazarlo — jugueteaba con el amuleto en sus manos — Actualmente ya nadie se molesta en encontrar a su compañero, estamos al borde de la extinción por lo que si se presenta la oportunidad de tener un compañero no hay que dejarla pasar, se podría decir que los lazos son forzados.
El ninja desvío la mirada, gruñó muy bajo, volvió a su asiento para tomar otro cigarrillo y apoyó los codos sobre el escritorio mirando con atención a la loba.
—¿Qué me dices tú? ¿También estás pasando por algo así? Porque he visto cómo miras a mi segundo al mando y la forma en que te frotas la nariz cuando están cerca.
—No... no sé a qué se refiere — agradecía traer la máscara ya que de ese modo podía ocultar su sonrojo — Mi rango... no puede y no debe enlazarse con nadie, funcionamos mejor como servidumbre y como costales de box.
—Vaya pendejada — soltó una risita — aunque eso no parecía importarte cuando me pediste ser tu pareja.
—Hay excepciones, pero solo si el Alfa lo permite y si la situación de la manada es crítica como es el caso de la mía, y solo podemos enlazarnos con los de rango más alto, de ese modo no se debilita la manada.
—Entonces ¿qué?, ¿Se resignan a estar solos y a morir vírgenes?
La loba ladeó un poco la cabeza dando a entender que así era y el ninja volvió a reír un poco mientras apoyaba la espalda en su asiento, le parecía patético la forma de vivir de los Omegas.
—¿Puedo confesarle algo, amo?
—Si quieres — otra vez ese tono frío.
—En realidad esperaba que usted me matara en cuanto le pidiera ser mi compañero, incluso cuando tomé la decisión de unirme a usted, prefería morir en las garras de un extraño que ser golpeada por alguno de mis hermanos, y sin embargo usted...
—Te ofrecí protección a cambio de lealtad — se adelantó a decir.
Kai asintió un poco e incluso podía verse agradecimiento en su mirada. Un par de golpes en la puerta causo que Tobe desviara la mirada y entonces pudo ver a su tercero al mando, Hiro, al cual había mandado a una arriesgada misión hace una semana.
—Lamento interrumpirlo, amo — haciendo una reverencia.
Una simple seña bastó para que se acercará a dejar los sobres amarillos que traía en el brazo sobre el escritorio, Tobe tomó uno y lo abrió, pero no sacó lo que había en el interior, solo le dio un breve vistazo y lo mismo hizo con el otro, y entonces sonrió satisfecho.
—Largo de aquí, es todo.
Kai se puso de pie y junto a Hiro hicieron una reverencia y pasaron a retirarse cerrando la puerta a sus espaldas.

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Bajos instintos (Tobecca)
FanfictionTobe ha bebido una poción que prometía hacerlo más fuerte con el fin de derrotar a Garu, su más grande enemigo. Sin embargo, termina condenado a una terrible maldición, ahora deberá hallar la manera de evitar que ese mal lo consuma por completo, sin...