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El oficial Bruce, jefe de la policía, junto a otros policías, analizaban una escalofriante escena del crimen, un grupo de personas habían sido cruelmente asesinados, había dos niños entre ellos, todos los cuerpos estaban hechos pedazos fuera de la aldea y antes de que las miradas curiosas de los habitantes hicieran su aparición cubrieron los cuerpos con mantas, Abyo, que vestía un traje de policía, llegó momentos después acompañado de Garu.

—Es extraño que nadie escuchó los gritos — comenzó a decir Abyo en tono serio.

—Es porque los mataron en otro lado — dijo el oficial Bruce que se acercaba a ellos — Después de muertos los trajeron aquí.

Garu se inclinó a revisar uno de los cuerpos y luego miró con atención la zona.

—Según el informe — continuó el oficial Bruce mientras revisaba unas hojas — Dos aldeas vecinas también encontraron cuerpos mutilados a las afueras, todos los ataques siguen el mismo patrón.

—¿Cosa de un asesino en serie? — preguntó Abyo.

—Más bien es un grupo — dijo Garu poniendose de pie — Aunque por las marcas en los cuerpos parece que los atacó un animal salvaje.

—Eso no tiene mucho sentido.

—Estos asesinos seguro deben torturar a sus víctimas haciendo que los ataquen los animales, después solo los dejan a las afueras de alguna comunidad cercana — concluyó el oficial Bruce — Todo está perfectamente organizado y fueron cautelosos al abandonar los cuerpos ya que ni siquiera Garu se dio cuenta.

—¿Para qué tomarse la molestia de moverlos?

—¿Intimidación, advertencia? — preguntó Garu 

—Hay muchas inconsistencias en el informe, los testigos notificaron muchas cosas sin sentido, pero todo apunta a que días después de encontrar los cuerpos fueron atacados. Dichos ataques fueron por la noche.

—Entonces somos los siguientes — concluyó Abyo rascándose el mentón.

—Debemos aumentar la seguridad, pero al ser Sooga una aldea pacífica no contamos con tantos elementos, tanto así que tuvimos que mandar llamar especialistas de otro lado.

—¿Entonces cómo lo solucionamos? 

Garu suspiró pesadamente y se frotó la frente un poco frustrado, luego miró a los dos oficiales delante suyo.

—No me agrada la idea, pero quizá debamos pedirle ayuda a él.

—¿Crees que coopere? Es alguien que nunca se ha interesado por el bien de la aldea y no me fío de él. En serio, deberían ver su expediente.

—Quizá no lo hará de grátis — dijo Abyo.

—No tenemos más opciones, si quiere dinero a cambio yo mismo se lo daré.

—Ve a hablar con él cuando los de limpieza traumática terminen aquí — pidió el oficial Bruce.

—Hay que sacar a todos de aquí en lo que llegan — dijo Abyo.

Los tres fueron a reunirse con los demás oficiales para terminar de acordonar la zona, ante las miradas curiosas, Pucca y Ching también estaban espectantes de lo que estaba pasando y segundos más tarde se les unió Ring Ring.

—¿Qué pasó?

—Ni idea — respondió Ching — Puedo preguntarle a Abyo más tarde, pero dudo que me diga algo.

—Parecen muy nerviosos — dijo Pucca.

Unos policías se acercaron a donde se encontraban para pedir que se retirarán mientras tanto dos furgonetas se estacionaron unos metros más adelante y bajaron varias personas vistiendo trajes de protección, las amigas todavía se quedaron unos segundos hasta que un policía insistió en que se retirarán. El servicio de limpieza traumática, que venían de una localidad algo alejada, comenzó haciendo una inspección para decidir el manejo de los restos antes de proceder con la eliminación de sangre y otros residuos así como la desinfección del lugar, todo aquello llevaría varias horas. En cuanto los especialistas se retiraron, Garu por fin pudo moverse de su lugar y ayudar a los oficiales a reabrir el área, estiró un poco el cuerpo y fue rumbo a la guarida de su peor enemigo.

Bajos instintos (Tobecca)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora