Desde la noche en que Stradlin abandonó a Axl en el cabaret, no pudo dejar de pensar en él.
Había algo muy extraño que lo mantenía atado al joven vedette; nunca conversaron tanto, y se arrepentía por haber rechazado la oferta de amistad. Ansiaba conocerlo más a fondo, quería confiar en él y viceversa.Se mintió por unos días, creyendo que estaba enamorado, pero bien sabía que no se puede amar a quien no conoces; por eso se aferró más a la idea de querer conocerlo. En ese caso sólo tendría dos opciones: enamorarse en serio o desilusionarse.
Izzy no tuvo el coraje suficiente para volver a encontrarse con Axl en el cabaret, pero se ideó otra estrategia para observarlo.
Cada madrugada lo esperaba en su auto fuera del cabaret, hasta que llegara su hora de salida. Comenzó a conocer su rutina, las veces que caminaba, las que pedía un taxi, las que iba en un Cadillac blanco, absolutamente todos sus movimientos.
Y por supuesto, lo siguió hasta su casa; conoció el edificio en el que vivía, en un condado de clase baja; no le parecía que encajara con su extravagante apariencia.Se dio cuenta de que el joven llevaba una vida bastante común.
Aunque parecía enfermizo, se trataba de mera curiosidad por conocerlo en su día a día, y por conocer a su esposo, con quien aún no tenía la dicha de encontrarse.En uno de esos días en que Stradlin espiaba al vedette, lo vio salir de su apartamento por la mañana.
En ese momento tomaba un descanso para trabajar en una guardia del turno nocturno, así que se le facilitó seguir a Axl.No se sentía mal por seguirlo, porque el simple hecho de verlo lo llenaba de alegría, ni siquiera necesitaba hablarle para sentir que tocaba el cielo; aunque sí deseaba tener una conversación con él.
Lo notó radiante con esos jeans entallados y una chaqueta negra; lucía más alto de lo que era en realidad.
Izzy condujo en su auto a una velocidad lenta, siguiendo el taxi que Axl tomó momentos antes.
Se sentía como un desquiciado, era conciente de que seguirlo de esa forma tan insiste se catalogaba como acoso, pero ya no lo podía evitar, porque él le hacía sentir lo que nadie más podía.El taxi frenó en una elegante cafetería; Axl salió del auto y entró al establecimiento.
Estaba solo, así que Izzy pensó en acercarse mucho más y pintarlo todo como una casualidad.Esperó al menos unos diez minutos antes de bajar del auto; le emocionaba verlo de cerca, pero a su vez, los nervios lo mataban. Era algo sencillo, pero significaba todo para él.
Cuando decidió que era el momento, estacionó el auto cruzando la calle de la cafetería, todo parecía bastante normal.
Caminó hasta la entrada del lugar e intentó verse natural; tenía el rostro ardiendo y esperaba que su sonrojo no fuera tan obvio. Las manos le temblaban y notaba la ansiedad como un nudo en el estómago.
Pensó que si así se sentía el amor, no era tan maravilloso como el mundo se lo hizo creer.
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Neon Caress
FanfictionLa estrella de un cabaret, Axl Rose, se mete en problemas legales tras interesarse en un oficial de policía de pocos amores: Izzy Stradlin. Entre la interminable lucha del deseo y la justicia, alguno de los dos debe rendirse, pero, ¿quién tiene más...