68: Intriga moral.

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Durante gran parte del camino, William estuvo en silencio, jugando con sus dedos y con la cabeza gacha

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Durante gran parte del camino, William estuvo en silencio, jugando con sus dedos y con la cabeza gacha.

Izzy lo miraba de reojo al conducir.
Odiaba que hiciera eso, y siempre era así, esa actitud mustia y acobardada que lo hacía sentir como un maldito enfermo que lo tenía secuestrado para torturarlo.

Conoció muchas víctimas de crímenes así, y todas ellas tenían ese rasgo en común con William.
Después de todo, él también era una víctima, y a Stradlin le daba asco que actuara como tal.

Empatizaba con él, pero le enfurecía que sus traumas intervinieran en cuánto lo amaba.
No quería sentirse culpable por quererlo, como si él tuviera la responsabilidad de todo lo que le pasó.

Todas esas personas que se aprovecharon de William, siguieron con sus vidas como si nada hubiese pasado. Pero a él, que jamás se atrevió a ponerle un dedo encima sin su consentimiento, le tocó cargar con el peso gigantesco de esas consecuencias.

Por culpa de unos orangutanes ineptos, tenía que soportar esas repentinas actitudes que lo sacaban de quicio.
Siempre que lo veía se preguntaba: ¿Estoy haciendo bien? ¿Alguien como él está psicológicamente listo para vivir en una relación con alguien más? ¿Estoy abusando de su vulnerabilidad?

Mientras se torturaba pensando en eso, William volteó el rostro hacia a él.
Lo miró en silencio unos segundos, y le sonrió con dulzura.

El corazón de Izzy dio un vuelco.
Nadie pensaría que era un asesino si presumía esa mirada tan santurrona; otra cosa típica de él.

Respiró profundamente, y apretó el volante con ambas manos.

—William, ¿te arrepientes? —preguntó con seriedad.

—¿De qué? —lo miró extrañado.

—De matar a tu padre, por supuesto —rodó los ojos.

El joven sintió un escalofrío por lo repentino de la pregunta.
Volvió a bajar la vista, para jugar con las uñas.

—Sí... —respondió.

—¿Más allá de las consecuencias que vives ahora?

—Claro, Izzy —frunció el ceño—. Antes de que encontraran el cuerpo no recordaba las cosas del todo, sabía que ocurrió, pero hasta yo mismo creí que fue Saul quien lo mató. Y luego, lo recordé.

—¿Por qué lo hiciste? —dijo entre un sollozo disimulado—. Es decir, creo que es obvio, pero hablo del porqué en ese instante.

William suspiró.
—Él no estaba arrepentido, dijo que había vuelto para que me hiciera hombre otra vez —su voz se rompió—. Me besó en los labios...

Izzy frenó el auto de pronto, haciendo que el cuerpo del joven diese un azotón al frente.

Tuvo nauseas, y se sintió aún peor por haber preguntado.

Neon CaressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora