Después de los estudios médicos a los que William se sometió para encontrar el origen de su malestar, tuvo que volver al hospital para hablar con su médico, esta vez, con todos los resultados de sus exámenes, y la angustia en su límite por seguir pensando que algo malo le pasaba.
El joven sabía que había algo mal, y por eso la aparición de sus síntomas; pero él se imaginaba una situación catastrófica, como era su costumbre. Y grande fue su sorpresa cuando escuchó a su doctor.
—No tienes nada —dijo, colocando las hojas de los resultados frente a su paciente.
Rose frunció el ceño y negó sutilmente con la cabeza.
—¿Qué?—Todos tus resultados salieron bien; no hay ningún tumor o daño cerebral, ni algún problema a nivel abdominal; tus valores en sangre son normales, y tu presión arterial tampoco es inestable —entrecruzó los dedos y reposó sus manos en el escritorio—. Estás bien.
William soltó una corta risa frustrada; no entendía lo que estaba pasando.
—Pero... eso no puede ser; debe haber algo mal, porque me siento mal —respondió, un tanto a la defensiva.El doctor asintió, tomamdo los resultados de la resonancia magnética, mostrándoselos al joven. —La prueba de contraste que te hicimos, sirve para mostrarnos alguna anomalía cerebral, y en caso de que la tuvieras, veríamos una o más manchas de un color más claro —pausó—. En tu caso, la imagen es uniforme, así que en ese sentido, no presentas alguna complicación.
—Pero, mis síntomas... —insistió, frunciendo las cejas.
—No te puedo dar un diagnóstico certero, pero hay algo que me llama la atención en tu resonancia —el médico tomó un bolígrafo con tapa y señaló dos áreas de la imagen—. La amígdala y el hipocampo parecen presentar una reducción de volumen.
William lo miró confundido; odiaba el suspenso de los hospitales, porque le hablaban como si él supiera diagnosticarse con prácticamente nada de información.
—¿Y eso qué significa? —cuestionó, un tanto irritado.
El doctor volteó los estudios a su dirección, para observarlos, y se quedó pensativo unos segundos.
—Podríamos estar hablando de un trastorno de depresión, pero yo no estoy capacitado para ayudarte en esa área.—¿Y qué tiene que ver la depresión con los mareos y los demás síntomas? —preguntó en un sollozo, arqueando las cejas.
—Mucho, en realidad —respondió—. Todos tus síntomas están ligados también a la ansiedad, y la ansiedad suele ser consecuencia de los episodios depresivos.
Por un momento, William pensó que se estaban burlando de él, pero al ver al doctor tan serio, entendió que no estaba bromeando.
—No puede ser —arrugó la nariz—. ¿Me está tratando de decir que me he imaginado todos mis síntomas?
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Neon Caress
FanfictionLa estrella de un cabaret, Axl Rose, se mete en problemas legales tras interesarse en un oficial de policía de pocos amores: Izzy Stradlin. Entre la interminable lucha del deseo y la justicia, alguno de los dos debe rendirse, pero, ¿quién tiene más...