50: Corazón traicionero.

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Izzy pudo arrestar a William por su confesión aquella noche, pero no lo hizo

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Izzy pudo arrestar a William por su confesión aquella noche, pero no lo hizo.

Más que amor, era frustración, porque le habían visto la cara de estúpido mucho tiempo, y deliberadamente lo permitió.

Estaba decepcionado, de su amor, de su orgullo, de sus patéticas excusas para ir tras una relación que no tenía sentido.

Necesitaba respuestas, porque se arrepentía de ni siquiera escuchar a William, para saber con certeza qué ocurrió.

La curiosidad lo estaba matando, pero no quería hablar con él.
De verdad le dolía lo que pasó, y sabía que era mejor distanciarse para no sufrir tanto, o al menos, tener un resultado positivo a lo largo del tiempo.

Odiaba admitir que entendía porqué William hizo lo que hizo; y no lo estaba justificando, solo tuvo la desdicha de mirar de cerca los atroces efectos de una violación.

Era conciente del sufrimiento del joven, y eso le tentaba el corazón, ¿pero cómo podía permitirse perdonarle algo así?

Estaban hablando de una vida, que aunque mal obrada, seguía siendo eso, una vida.

Podía pensar que si Bruce le arruinó la vida a su hijo, entonces William podía hacer lo mismo.
Pero las leyes no funcionaban así, y por desgracia, el castigo para Rose sería igual de horrible, que soportar un trauma de tal magnitud.

En pocas palabras, ninguna opción era buena para el joven, y eso también atormentaba a Izzy.
Pese a su enojo, no quería hacerlo sufrir; no quería saber que seguía pasándola mal y que nada podía hacer al respecto.

Apretó la taza de café que tenía entre sus manos, y agachó la cabeza en un amargo suspiro.
Su vida se había ido al carajo por un enamoramiento, y le parecía completamente ridículo, pero le era inevitable sufrir.

En definitiva, llorar por William era lo más estúpido que le había pasado; aunque lo absurdo no le quitaba lo doloroso.

Algunas lágrimas se le escaparon de los ojos, y se las limpió rápidamente.
No podía, simplemente no podía dejar ir ese sentimiento; detestaba el amor, porque nadie le advirtió que en algún momento, sentiría que estaba a punto de morir.

El tiempo ahora le parecía más lento, y se sentía más solo que nunca.
Todos sus recuerdos con William eran una pesadilla, que no lo dejaban tranquilo ni un segundo.

No podía más, estaba cansado de llorar y llorar, de estar en un bucle en el que solo quería huír y encontrarse a Rose en el camino, porque no sabía estar sin él.
Ni siquiera era cuestión de querer estar a su lado, hubiera deseado que eso sucediera, y no terminar sintiendo que su vida ya no valía nada sin su compañía.

Soltó su taza y la arrojó al otro extremo de la mesa, haciendo que se volcara al suelo y se rompiera en varios pedazos.
Dio un golpe sonoro a la mesa y frunció el ceño.

Neon CaressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora