Contó hasta tres cuando esa sensación de quemazón se esfumó.
William estiró los brazos para sujetar las esquinas de la mesa y forzó su agarre.
Sobre aquella superficie plana, aún se encontraba una hilera del polvo blanco, que había sido mucho más fácil de conseguir de lo que imaginó.
Suspiró mientras esperaba ver los efectos; no era la mejor parte, aunque sabía que valía la pena.
Observó los restos de droga que había dejado por creer que necesitaría más; no se animaba a consumir otra línea, al menos no aún.
Volteó el rostro hacia la ventana de su apartamento; estaba nublado. Según el pronóstico del tiempo, esa tarde caería una fuerte tormenta.
Suspiró y caminó hasta su sofá para tomar asiento, ahí también podía apreciarce el pequeño paisaje que se observaba desde la habitación.
Echó el torso hacia adelante y recargó los brazos sobre sus muslos. Particularmente, ese día estaba más ansioso, toda su mente daba vueltas, ni siquiera se sentía conectado al mundo, y no precisamente por las drogas.Rose no se percataba, puesto que era fanático de ignorar las claras señales de su depresión, pero cada día aumentaba peligrosamente más y más.
Creía que era una simple tristeza pasajera e intermitente, puesto que había momentos que disfrutaba, y en general aún no se rendía en la vida. Pero los signos estaban ahí; cada vez se volvía más dependiente a todo aquello que lo hiciera sentir un poco mejor.
Si no era un trago diario, eran las drogas, y si no, estar con Izzy, que era su sedante estelar.Con ambas manos, sujetó su cabeza, aún en la misma posición. Soltó un suspiro tembloroso y no apartó la vista del suelo.
Le preocupa su estado, era evidente que las cosas no iban bien en su interior, quería ahorrarse esa sensación de estar al borde del precipicio, pero si él no hacía nada para evitarlo, entonces tarde o temprano caería a ese agujero sin fondo, en donde las cosas siempre terminaban en tragedia.Fue cuestión de minutos cuando se sintió relajado otra vez; le parecía fantástico.
En la brevedad de tiempo, era como intercambiar mente con alguien cuya vida era tranquila y libre de problemas. Nuturalmente, él jamás se sintió así, siempre necesitó estímulos externos, como el sexo, principalmente.
Para William la validación sexual era tan importante, que le daba asco, pero no lo podía evitar, le era tan necesario como respirar. Sabía el motivo, nadie mejor que él para conocer la raíz de sus problemas, pero revivir el momento solo lo trastornaba más.Para su desgracia, la cocaína lo ponía mal, se volvía muy susceptible a las sensaciones físicas, que sumado a la segregación de hormonas, le dispararan el libido hasta el cielo. Y ese día no fue la excepción.
Comenzó con un deseo repentino que su parte conciente intentó reprimir, pero su falta de control dominó sus instintos.
Imaginó lo muy satisfactorio que sería cumplir su capricho; no necesitaba a nadie para hacerlo, incluso le resultaría más cómodo.
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Neon Caress
FanfictionLa estrella de un cabaret, Axl Rose, se mete en problemas legales tras interesarse en un oficial de policía de pocos amores: Izzy Stradlin. Entre la interminable lucha del deseo y la justicia, alguno de los dos debe rendirse, pero, ¿quién tiene más...