67: Cambio de rumbo.

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Era caja tras caja, llenas de utensilios que no entendía, pero que le emocionaba guardar en su casa

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Era caja tras caja, llenas de utensilios que no entendía, pero que le emocionaba guardar en su casa.

Tal vez era una exageración, y no le importaba si era así. William percibía más calidez en su apartamento desde que Izzy aceptó vivir con él.

Sabía que era muy precipitado, porque su relación era una mierda, pero estaba tan enamorado que enloquecería.

No quería decirlo en voz alta, gracias a la poca honestidad que la gente veía en sus discursos. Todos los hombres eran el amor de su vida, y aunque no había llegado a ese punto con Izzy, ya quería vivir el sueño a su lado, para su fusionar sus vidas miserables hasta matar el amor que se tenían.

Claro que no era tan negativo, le gustaba imaginar que funcionarían juntos, sin amenazas de muerte ni infidelidad ni persecución en busca del amor del otro.

Dejó una de las cajas en el piso de su sala, y corrió a las escaleras para espiar a Izzy, quien estaba en el piso de abajo.

Aún no le pedía ser su novio de nuevo, y mientras eso no pasara, no lo consideraría su pareja.
No porque quisiera darse la buena vida con otros, sino porque estaba cansado de que jugaran con él, y lo votaron como si fuese un muñeco viejo.

Se escondió detrás del barandal oxidado, asomando la cabeza hasta colgar su cabello.

Izzy volteó a su dirección, y lo encontró ahí parado, tan bello que no creía que alguien así estuviese interesado en él.

William era un jodido desquiciado, pero uno endemoniadamente hermoso.

Le sonrió desde la lejanía, para después guiñarle un ojo y lanzarle un beso.

William rio.
Era tan bueno enamorarse de nuevo, porque sabía que pronto recuperaría alguna motivación para vivir.

Stradlin no tuvo más paciencia, subió las escaleras tan pronto como vio esa sonrisa.

Al estar cerca del joven, lo tomó de la cadera y lo hizo avanzar en reversa entre más risas, hasta entrar al apartamento.

Rose estiró el cuello para mirar su rostro, y posó sus manos en el pecho del contrario.

Pudo sentir el veloz latir de su corazón, y le dio un escalofrío imaginar que Izzy podía amarlo después de todo lo que le hizo.

Stradlin le dio un largo beso en la frente, y recargó su mentón en el mismo citio al terminar.

—No sabes lo feliz que estoy de poder hacer esto contigo —dijo, con una sonrisa.

—Yo igual —cerró los ojos—. Tengo tantas ganas de pelear porque no aspiraste la alfombra.

Izzy rio, y le dio otro beso en la frente.
—Haremos que funcione, sé que que lo vamos a lograr. Quiero estar contigo y tú conmigo, eso nos dará motivación por un tiempo.

Neon CaressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora