Estrés postraumático, era la única respuesta que William hallaba para su pregunta.
Parecía ser que todo ese tiempo sí había estado tergiversando las cosas en su mente, en específico, manipulando los recuerdos a su conveniencia.
Pero eso era una mentira, sencillamente se olvidó del orden de los factores; ese día se mantuvo borroso durante bastante tiempo, y ahora lo recordaba con claridad.No se arrepentía de nada.
Ya no le temía a la policía, pues sus sospechas eran ciertas: Izzy estaba tan atraído hacia él, que podría pedirle cualquier cosa y el oficial lo haría.
No era un aprovechado, pues su gusto hacia Stradlin era real, solo que veía oportunidades que su esposo no tenía, y podía evitarse entrar al agujero putrefacto que era la cárcel.Debía ser cauteloso y enredar al policía con sus encantos; no le resultaría difícil, pues ya estaba un paso adelante. Era cuestión de esperar el momento perfecto para confesar lo que había hecho.
William sabía que ni siquiera tendría que suplicar por ayuda, Stradlin se ofrecería por su propia cuenta.
No es que fuesr frío y calculador, se trataba de tocar fondo, cansarse de ser indefenso. Después de ver al animal agonizar, redescubrió que ejercer violencia lo ayudaba a acallar sus pesares, ya se había hartado de ocultar que no quería hacerle daño a otros.Tampoco era como si desease salir a la calle y convertirse en un asesino serial. Solo era poner sus límites con fuerza bruta, porque la racionalidad no solía funcionar para establecer un "no".
Esa tarde salió de su apartamento, le apetecía verse diferente, sacarse más provecho del que ya tenía.
Una parte de él, quería que Izzy lo adorase cual eminencia; más de lo que ya lo hacía.Se dirigió a una estética y ordenó que le dejaran el cabello un poco más abajo de los hombros, cortado en capas cortas.
Y así fue, las puntas que sobresalían le hacían una mirada afilada, similar a la de un zorro ártico, sin perder ese toque de dulzura que lo caracterizaba.Su rostro había adelgazado desde la vez en que su esposo lo estranguló, porque comer se volvió un suplicio durante ese periodo, así que se le marcaban los pómulos y la mandíbula.
Su nuevo corte acentuaba esos rasgos angulados que tanto le encantaban.No tuvo más ideas de en qué perder su tiempo, tal vez pudo entrar a algún bar a beber algo, o caminar en el puerto de Santa Mónica y fumar mientras veía a la gente pasar; pero quería algo más emocionante, que la adrenalina le corriera por las venas.
Al final solo se decidió por volver al cabaret; estaba ansioso por un poco de admiración por parte de otros hombres, porque no negaba que eso le daba vida.
Desde hacía semanas no planeaba uno de sus shows, no era necesario, podía solo arrastrarse en el piso estando semidesnudo y la gente le aplaudiría de todos modos.
Y eso hizo, un breve número de pole dance.
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Neon Caress
FanfictionLa estrella de un cabaret, Axl Rose, se mete en problemas legales tras interesarse en un oficial de policía de pocos amores: Izzy Stradlin. Entre la interminable lucha del deseo y la justicia, alguno de los dos debe rendirse, pero, ¿quién tiene más...