57: El fin de los tiempos.

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Los días seguían pasando, y para Izzy, se volvió un poco más simple lidiar con el dolor

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Los días seguían pasando, y para Izzy, se volvió un poco más simple lidiar con el dolor.
Ahora que tenía trabajo, no se podía dar el lujo de perder el tiempo pensando en su historia con Axl, y eso le hacía bien.

Después de dos meses y medio con tratamiento de Fluoxetina, al fin veía algunos resultados.
Ya no había tanto sufrimiento, pero tampoco se sentía feliz.

No era un alivio, solo era más simple de sobrellevar.

Estaba aburrido de ir al hospital, y seguir torturándose al ver a William cada vez peor; ya estaba convencido de que no volvería a despertar, y le dolía pensar en el último instante en que se miraron a los ojos, porque no sabía que era el último.

Cobró sentido todas las veces que escuchó a personas llorar desesperadas por una despedida que nunca se pudo dar.
Siempre creyó que era exageración, pero ahora sabía que no.

Su terapeuta le decía que era mejor dejar de visitar a William en el hospital, si es que eso le hacía daño, y después de meditarlo por semanas, decidió que era momento de dejarlo ir, porque ya no podía pausar su vida por alguien que estaba más muerto que vivo.

Se dijo a si mismo que si el joven despertaba o no, ya no era relevante, aceptaba que no estaban destinados a estar juntos, con todo el dolor de su corazón.

Esa noche, después del trabajo, fue a casa para cenar algo, y tomar sus antidepresivos.

Se sentó en su comedor, mientras tenía la televisión encendida, tomó un cuaderno que reposaba sobre la mesa, y escribió una carta de despedida.

No sabía muy bien qué decir, solo quería dejarse llevar, ser sincero; quizá explorar su lado más artístico, para sentirse más conectado con William.

Transmitir su resentimiento por escrito, era una perdida de tiempo, si es que Rose despertaba y tenía el tiempo de leer su carta, prefería que se llevara una buena impresión, o un buen recuerdo de lo que significó estar juntos.

Por un momento, creyó que era mejor irse sin una despedida, porque escribir para él, solo despertaría sus sentimientos más profundos.

Cuando estuvo a punto de dejar el bolígrafo en la mesa, escuchó una canción emanar del televisor; aunque no la reconoció al principio, el ritmo del mambo hizo que quisiese prestar atención, y pese a no entender la letra porque estaba en otro idioma, supo de qué canción se trataba, después de escuchar al vocalista.

"¿Quién será la que me quiera a mí?
(¿Quién será?, ¿quién será?)"

No debía ser un experto para darse cuenta, era la canción que cantó Axl, el día en que se conocieron.

Su corazón latió rápido, de tan solo recordar ese instante en que lo tuvo enfrente, tan majestuoso y divino.

Ya no quedaba nada de ese Axl, ni siquiera su voz sería la misma si despertaba.

Neon CaressDonde viven las historias. Descúbrelo ahora