Capítulo 2

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Narra Lola

Me levanté de un salto de la silla en la que estaba sentada y me lancé a los brazos de Luis cómo era costumbre.
Él me cogió y me abrazó, pero no fue un abrazo normal. En ese abrazo transmitió mucho más de lo que se podría expresar con simples palabras. Eso me confirmó lo que ya sabía, conozco a Luis y siempre que tiene algo que decirme hace esto.

- ¿Qué pasa Luis?
- Es que ya no puedo darte ni un abrazo, creces demasiado rápido - Dijo con cara de desentendido.
- Dime - No hizo falta decir más, nos conocemos y con solo una mirada nos entendemos.
- Vale. Oye, no es nada malo. Sólo que es verdad, creces rápido y siento que te pierdo y ahora más que nunca - No dije nada, dándole a entender que podía continuar hablando - Pues, bueno, Lola te han cogido, estás dentro.
- No te sigo.
- Nos vamos a Madrid para el casting de la voz kids.

No me lo creía, mi cabeza tardaba en procesar lo que me acababa de decir, y yo no era de quedarme sin palabras. No me lo esperaba,  no es que cante mal, mucho menos para la edad que tengo, pero es que ya ni lo recordaba.
Fue hace tiempo y no fue algo premeditado, sino que surgió en el momento, a decir verdad, como la mayoría de planes que hacíamos Luis y yo.

- Vas a decir algo o prefieres guardar tu voz para el… - No lo deje continuar, me lancé a sus brazos y empecé a gritar de alegría.

Pasados unos minutos me tranquilicé y seguí la conversación de antes como si nada. Así soy, bipolar, paso de la euforia a la seriedad total en cuestión de segundos o menos.

- Luis, eso no es malo no seas exagerado, no me pierdes sólo es un casting.
- Ya, pero luego serán las audiciones, las batallas, las… - No lo dejé continuar, lo interrumpí.
- Para, para, quién sabe a lo peor no paso ni los castings. Y aunque eso pase nada cambiará.
- Yo no estoy tan seguro, por eso ahora me centraré en disfrutar el mayor tiempo posible contigo.

Hay veces que es mejor dejar a Luis, aunque no entienda lo que dice él es así, y si pregunto más, me soltará su discurso sobre lo que nos depara el futuro, bla bla bla,.. y no tengo ganas.

En el fondo creo que sabe lo que dice y que algún día, yo también lo entenderé, entonces debo ser paciente, algo que él también se empeñó en enseñarme muy bien.
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Y de nuevo Luis tenía razón. Estuvimos una semana en Madrid y aprovechamos para hacer turismo antes de ir al plató de La Voz, para el casting.

Realmente no fue difícil, al menos no tanto como elegir el tema que iba a cantar. Me limité a disfrutar, a transmitir... en resumen a hacer lo que me gusta.

Durante ese tiempo, también conocí a mucha gente, varios niños con los que me llevé muy bien. Sin embargo, la mayoría de ellos no llegaron a las audiciones conmigo. Mejor dicho, solo pasó Marta. Ella es una niña un poco menor que yo, un pelín baja para su edad, mas con una permanente sonrisa en su cara, pelo rubio, siempre liso, y sus ojos verdes, lo que le da ese toque de inocencia propio de un niño, ese toque que a veces me falta y añoro.

Ella me hace reír y disfrutar. Con ella soy yo y nada más. Ella tampoco tiene padres biológicos, vive con su hermana y sus tíos ya que sus padres murieron cuando ellas eran pequeñas. A pesar de todo, esta niña siempre lograba sacarme una sonrisa, pero no es por ninguna de estas razones que ha pasado el casting, obviamente, canta precioso. Y creo que no podía haber elegido mejor su canción.

Estaba sentada con Marta en una sala con algunos instrumentos y cosas para entretenerse. Aquí no podían entrar los coaches, pues hasta que no actuáramos no podrían vernos, es más si vamos por los pasillos y por algún casual alguno de ellos anda cerca, nos esconden rápidamente en los baños o donde pillen.

- ¿Cómo creés que serán? - Me pregunta.
- Sinceramente, no lo sé. Pero me hace mucha ilusión conocerlos, los cuatro son grandes artistas, tenemos suerte de que ellos sean los coaches este año.

Hasta hace unos días, que se grabaron las primeras audiciones a ciegas, no sabíamos quiénes serían los cantantes que harían de jurado este año.
Marta está ansiosa por conocerlos, lo malo es que esta es la última noche de audiciones y poco a poco los equipos se van completando.

- ¿Con quién te gustaría irte? - Continúa ella.
- No sé, con que se gire alguno…
- Se van a girar todos estoy segura.

No soy una persona que dude mucho de sí misma, pero como ya he dicho los equipos se están cerrando e incluso es posible, que para cuando cantemos algunos equipos ya estén completos, sin embargo, su alegría es tan contagiosa que no quiero pensar en eso, me limitaré a disfrutar el tiempo que me quede antes de volver a mi rutina de siempre tras estas semanas.

- ¿Y a ti con quién te gustaría irte? - Nunca se lo había preguntado, es cierto que su cantante favorita es Aitana, se nota, pero ella no está aquí y tengo curiosidad.
- Umm, no sé. Puede que ¡Rosario! ella se lleva muy bien con los niños… no, espera Melendi es muy diver… ya sé Vanesa Martín, ella canta muy bien y es… David Bisbal, es de Almería y… - Ella seguía divagando, y como yo, no sabía por quién decidirse, imagino que para ellos también debe ser duro eliminarnos en cada fase - Lola, no lo sé. ¿Con quién me voy? No está Aitana.
- Marta, con quién te vayas estarás genial, seguro.
- ¿Pero y si no se dan la vuelta?
- Tranquila, si no se dan la vuelta no te preocupes, ellos se lo pierden, pero estoy segura de que se la darán, y cuando lo hagan y tengas que decidir, hazlo con el corazón. - Acabé de hablar arrodillada, a pesar de no ser mucho más alta que ella, y con mi mano en su corazón. A veces me sorprendo a mí misma con este don de palabra.
- Tienes razón, gracias. Te quiero, eres la mejor.
- Y yo pequeña. - Y realmente no sé porqué la llamo así, solamente nos llevamos un año, pero así me nace - Ahora relájate que pronto te toca cantar. Ánimo, lo harás genial.

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora