Capítulo 37

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Amigas
Pastora Soler

Narra Vanesa

… pasa a la siguiente fase…

Con mi mano libre abrazo a Pastora por la cintura, y levanto la cabeza con la vista fija en mis compañeros. Tomo aire una vez más y doy un toque a mi amiga para que hable ella.

- ¡Lola!

Ella se lleva las manos a la boca sorprendida, se autoconvencía, mientras sus compañeras la arropaban en un cálido abrazo y el público, nosotras y el resto de coaches aplaudían.

Pasados unos minutos las tres se separaron, pero las dos mayores mantenían sus manos apoyadas en los hombros de Lola. Ella intentaba retener las lágrimas de felicidad, pero sin mucho éxito al final.

- ¡Cariño has pasado! - Grita Eva acercándose a ella para abrazarla. - Pero no llores. - Dice mientras se agacha y le limpia las lágrimas.

Aprovechando el momento me acerco también y copio el gesto de mi amiga.

- ¿Estás… ?

Pensaba preguntarle si se alegraba, pero el abrazo que me dió desnudó a todas mis preguntas, dejándome sin argumentos, sin siquiera palabras. Pasé mis brazos por su espalda y la levanté del suelo. Sosteniéndola sobre un brazo me acerqué a sus compañeras y las felicité también.

Para mi alivio no estaban enfadadas o tristes, de hecho se alegraban por la pequeña, y esto me llenó el corazón. Acerté totalmente con este grupo.

Bajé a Lola y nos dimos los respectivos abrazos, sus compañeras permanecieron junto a Pastora y yo mientras ella se iba del plató.

- ¿Se puede saber a dónde vas? - Grita Melendi.

Apoya una rodilla en el suelo y abre sus brazos, mientras le dedica una sonrisa plena a Lola. Ella corre hasta sus brazos y se echa sobre él sin miedo, con toda la confianza del mundo, ¿desde cuándo? pienso.

La noche siguió intensa, llena de bromas, risas, juegos… pero sobre todo, verdad.
Terminó la primera noche de batallas y salimos juntos del plató, todos muy felices.

Nos reunimos en la sala del catering y comentamos cada una de las batallas, dábamos nuestra opinión y algún chiste había de por medio siempre.

- Joer Vane, has empezado fuerte el programa. - Me dice David refiriéndose a la batalla.
- Bueno, yo no, ellas.
- Tienen una buena maestra. - Apunta Melen.
- La mejor. - Añade Pablo, pero este dando unos pasos hacia mí, abrazándome por los hombros.
- Uy, uy, uy. ¿Nos hemos perdido algo? - Sugiere Rosario, siendo respaldada en sus observaciones por su hermana.

El resto ríe mientras Pablo y yo nos miramos sonrientes.

- Tal vez algo sí. - Respondo de la misma forma.
- No os lo váis a creer, pero te juro Vanesa, que al principio veía tonteo entre tú y Melen. - Dice la Niña, dando voz a los pensamientos de la gran mayoría.

Yo sólo sonreí disimulando la incomodidad, pero Melen por poco se ahoga con aquello que fuese que comía. Tuve que contenerme para no correr hasta él y darle algunos golpes en la espalda con la excusa de ayudarlo.

- Jaja niño no te ahogues. - Bromea David. - Ya sabemos que vosotros sólo sois buenos amigos.
- Cualquier día de estos me matáis del susto. - Dice Melen aún entre toses.
- Perdona, no era mi intención, si os ha molestado…
- No te preocupes. - Interrumpo a la Niña. - Está todo bien. Tienes razón es común, él y yo tenemos una amistad un tanto… especial, no es la primera vez que nos pasa. - Digo calmando las aguas.

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora