Capítulo 3

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Narra Lola

Y así fue, no pasaron ni diez minutos cuando le avisaron para que se preparase. Me levanté con ella temblando, la acompañé hasta dónde pude y le prometí que estaría viendo su actuación y esperando para abrazarla una vez que acabase.

Me puse delante de una pantalla para ver. Y ahí estaba ella, tan pequeña, delante de ese imponente escenario, y yo. Yo estaba más nerviosa que ella, si eso era posible. Ella, llena de sueños e ilusiones, jugándosela en este gran escenario.

Una vez superados los nervios, sólo quedaba disfrutar y que para ella sea una experiencia inolvidable, sino la mejor.
Y vaya si lo fue.

"Con la miel en los labios", esa fue la canción que cantó, preciosa.

Definitivamente, no parecía que fuese una niña tan pequeña la que cantase. Sin apenas desafinar y una voz muy trabajada.

Cerca de la mitad de la actuación Rosario se giró y se quedó estupefacta, no se lo esperaba. Hacía gestos a sus compañeros para que mirasen y fue justo antes de acabar la canción que se giró Vanesa.

El público se levantó a aplaudir efusivo junto a ellos.
Mientras Marta asimilaba todo lo que le estaba pasando, sin poder quitar su cara de sorpresa y felicidad infinita.

- ¡Pero bueno, qué tenemos aquí! - dijo Rosario como ella hace cuando habla con los niños - pero si tú eres muy pequeña. - Marta sólo sonreía sin saber muy bien a donde mirar, y es normal, hay cámaras por todos lados.
- ¿Cómo te llamas? - Le pregunta Melendi, mientras se van acercando los cuatro al escenario.
- Me llamo Marta.
- ¿Y de dónde eres Marta? - pregunta Vanesa
- De Almería
- ¡Olé! - gritó Bisbal, corriendo hacie ella.

La cogió en brazos y le dió unas vueltas en el aire. Los otros tres iban abrazados y sonriendo. Ver a David Bisbal siempre es un espectáculo.

Rosario se separó un poco de los otros dos, para hablar con Marta.
- Mi niña, sabes que estás dentro. Me he dado la vuelta.
- Y yo también compañera - Dijo Vanesa separándose completamente de Melendi.
- Pues, mi niña qué papelón, tienes que decidir. ¿Tú traías una idea de casa? - Pregunta Melendi.
- Pues no. Antes lo he estado hablando con una amiga mía que canta súper bien, y no sé, la verdad...
- Cariño, tú sólo decide con el corazón - Dice Melendi.
- Eso me ha dicho ella.
- Ya me cae bien tu amiga - Dice y todos ríen
- Mira Marta, me ha parecido increíble tu actuación, tienes una voz preciosa y esta canción es maravillosa. Aunque has tenido algún fallo, es normal. Eso lo trabajamos y en unas semanas controlas. Pero yo no esperaba que fueses tan pequeña ¿Cuántos años tienes, 8? - Le dice Vanesa.
- 7 - corrige Marta.
- Eres muy pequeñita. Y es que no hay mucho que decir, me has enamorado, y quiero que te vengas conmigo. - Marta mira a Vanesa mientras habla, en su rostro se ve que está pensando en todo lo que ha dicho.
- Yo tampoco te esperaba tan pequeña, cariño. - Sigue Rosario - Como dice Vanesa, nos has sorprendido a todos. Es que no se te puede aguantar. ¡Eres una monstrua, y te tienes que venir conmigo!
- ¿Quieres que te ayude? - Dice Melendi
- No sé... - Marta se pone su mano en la barbilla, gesto que acostumbra hacer cuando está pensando en algo.
- No, no, no le dejes. Es un embaucador, te lía - Salta Vanesa y nadie puede contenerse. Melendi baja las escaleras de un salto y coje a Vanesa, como hizo Bisbal anteriormente con Marta. - ¡Bájame!
- Bueno Marta, ¿con quién te vas? - dice David
- A ver, no sé. Los cuatro me encantáis, pero me voy a ir con... - Lleva su mano a su pecho, justo donde yo la había apoyado anteriormente y cierra los ojos - Vanesa
- ¡Conmigo! - Vanesa corre y le da un buen abrazo para luego cogerla en brazos.

Luego de echarse unas risas sobre el escenario, Marta sale de allí de la mano de Bisbal.

Su familia la recibe contentísima, pero ella está más contenta. Su rostro refleja la felicidad máxima que siente en estos momentos, enmarcada en su más radiante sonrisa.

Después vuelve conmigo y se tira a mis brazos. Nunca la había visto tan radiante, de verdad esta niña es preciosa.

No hubo tiempo para mucha más celebración, pues dentro de poco me tocaba cantar a mí. Luis ya estaba con Eva en la sala de las familias, ya que él es mi única familia, y yo en el backstage con Juanma, supuestamente relajándome.
Algo imposible en estos momentos. No tuve mucho más tiempo. Juanma, tras varias negaciones por mi parte abrió la puerta y no me quedó más que salir.

Poco a poco, paso a paso, hasta llegar al centro de ese gran escenario y levantar la cabeza para mirar al frente.

Levanté la cabeza e hice un escáner del plató deteniéndome en cada detalle del plató y el silencioso público.

David y Rosario me estaban mirando. Sus sillas estaban giradas, lo que significa que sus equipos ya están completos. Seguramente Vanesa y Melendi ya estén por cerrar sus equipos también, y esto me preocupa, pues hay menos posibilidades de seguir disfrutando de esta gran experiencia.

Creo que David se da cuenta, porque me hace gestos con las manos para que me relaje y sonríe. Justo en ese momento dan los golpes que marcan el ritmo y empieza a sonar "90 minutos".

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora