11:00 p.m👻
La noche transcurría, ya habían bailado, habían cantado, habían comido tacos, incluso habían hecho una pequeña pasarela donde cada uno modeló su disfraz y todos estaban pasando un rato muy agradable, sobre todo se estaban encargando de hacer un momento especial para Louis, pues la fiesta había sido por y para el omeguita.
Ahora todos veían "El conjuro 3" en la televisión de la sala. Todos excepto Harry y Louis, quienes se habían ido a su habitación a quitarse sus disfraces... o eso les dijeron a ellos.
-Déjame ayudarte, amor.- dijo Harry viendo al omeguita intentar quitarse su vestidito, pues llevaba rato quejándose de que él tul le picaba en sus piernitas.
Louis se acercó a su alfa, subiendo sus bracitos para recibir la ayuda.
Harry se lo quitó, viendo al niño lanzarse a la cama, sintiéndose fresco y sin tener mas picazón.-Cachorro, me hubieras pedido que te lo quitara antes, ve como te dejó las piernitas.- dijo Harry viendo ronchitas rojas por todo el largo de sus piernitas. Al parecer la tela le había causado algún tipo de alergia, o tal vez solo le irritó su suave piel.
El omeguita se acomodó en el centro de la cama, estirando su cuerpecito. Aún tenía su bonito conjunto de lencería que su alfa le había colocado debajo de su disfraz.
Después de unos cuantos minutos, Harry regresó ya cambiado, con un simple pantalón de pijama y su torso descubierto. Se acercó a donde su omega descansaba en las frías sábanas de seda que cubrían la cama, con la tenue luz que alumbraba la habitación.
-Vamos a ponerte cremita, amor. ¿Aún te pican las piernitas?.- dijo mientras subía a la cama, posándose frente al omeguita, tomando sus piernitas y viéndolo negar.
Puso algo de crema en su mano, la frotó un poco entre las palmas de sus manos y luego las dirigió a una de sus piernitas. Masajeando desde su tobillo, subiendo por todo el largo hasta llegar a su muslito. Hizo lo mismo con la otra piernita, masajeando y viendo al omeguita reír pues le causaban cosquillas las caricias de su alfa.
Sus manos llegaron hasta sus muslos llenitos, donde se detuvo a masajearlos y apretarlos suave.
Abrió un poco las piernitas del niño para poder colarse entre ellas y acercarse un poco más.Louis cerró sus ojitos, dejándose llevar por las suaves caricias que su alfa le daba con sus grandes manos calientitas.
Después de un rato, sintió las caricias en su cadera, por su cintura y su pancita, haciéndolo ronronear.
De pronto comenzó a sentir un cosquilleo en su vientre, sintiendo calor en la habitación. Soltó un quejidito pues no sabía que era lo que quería, simplemente necesitaba más de las caricias de su alfa, por todos lados.El alfa sonrió, esa sonrisa pícara con hoyuelos que demostraba el orgullo que le generaba poner a su omeguita en ese estado. Sabía que se estaba calentando, lo sabía por cómo se retorcía un poco debajo de él, se movía inquieto pataleando de vez en cuando y gemiditos morían ahogados en su garganta. Además de que la habitación comenzaba a llenarse de feromonas que indicaban excitación.
Se separó del omeguita, deteniendo las caricias y viéndolo enderezarse también, quedando sentadito en la cama mientras esperaba por alguna indicación de su alfa.
Harry se levantó, se paró al borde de la cama y bajó su pantalón para quedar solamente en bóxers.
-Ven aquí.- dijo viendo a Louis acercarse gateando hasta toparse con él.
-Acuéstate sobre tu pancita, amor.- le ordenó, viéndolo acostarse boca abajo, apoyándose con sus antebrazos y estirando su cuerpecito a lo ancho de la cama.
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Vanilla Milk
RomanceSimplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry. O donde Louis es un risueño, bonito y tierno omega que adora las burbujitas, los conejitos y biberones con leche de vainilla calientita, siendo mimado y protegido por su adorado alfa. 🧸...