Simplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry.
O donde Louis es un risueño, bonito y tierno omega que adora las burbujitas, los conejitos y biberones con leche de vainilla calientita, siendo mimado y protegido por su adorado alfa.
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10:00 a.m
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Un contento castañito estaba sentadito en el sofá de la acogedora sala de su hogar que tanto había extrañado. Veía algún capítulo de Bob esponja mientras columpiaba sus piecitos moviéndolos de un lado a otro y bebía un tibio biberón con leche de vainilla, soltando risitas cuando algo en la televisión le causaba gracia mientras esperaba con paciencia a que su alfa terminara de arreglarse.
No había despertado desde el día anterior cuando cayó dormidito en su nido hasta al rededor de las cinco de la mañana del presente día, pues el haber dormido desde temprano cuando llegaron a casa, dejó como regalo a un inquieto omeguita removiéndose desde muy temprano entre los brazos del rizado, quien terminó con los traviesos colmillitos de su omega marcados en la piel de su cuello cuando el chiquillo decidió que era una maravillosa idea el comenzar a morderlo.
Se habían duchado juntos, habían hecho unos ricos hotcakes de zanahoria también juntos, y terminando, el alfa decidió vestir al omeguita cuando le vió un tanto adormilado después de comer y no tan juguetón como para salir corriendo desnudo como hacía la mayoría de las veces. Le puso un bonito chaleco tejido con estambre azul y un diseño de ranita en el centro, junto con un suave short de cuadros verdes, además de sus calcetitas blancas con holanes y sus tenis también blancos.
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Peinó su húmedo cabellito hacia la dirección donde solía acomodarse por si sólo y pasó crema hidratante por sus bracitos y piernitas descubiertas, dejándolo con un rico aroma a bebé y su piel nívea tan suave; pintando una sonrisa enorme en su rostro cuando también puso algo de crema facial en su carita y masajeó en círculos sus regordetas mejillitas, sacándole un montón de risitas tímidas mientras veía sus achinados ojitos brillosos. Amaba tanto escucharlo reír, podría hacerlo por el resto de su vida.
Suspiró con la mamila entre sus labios rositas, dejando escapar una gotita de leche que resbaló por la comisura de ellos cuando soltó una risita más al ver a Patricio estrella en la pantalla, era su personaje favorito además de Bob esponja, pues decía que él también quería tener un amiguito y jugar juntos todo el tiempo como lo hacían los dibujos animados dentro de la pantalla.
