6:53 a.m
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Un viernes muy temprano por la mañana, el sol comenzaba a asomarse entre los rascacielos de Canadá en aquel bello y despejado amanecer, avisando a los pajarillos que era hora de salir de sus nidos a cantar y a las personas a trabajar.
El de ojos esmeralda se recargaba contra algún buró cerca del gran ventanal que tenían en su habitación, observando con tranquilidad las calles que se alcanzaban a ver desde el piso de su departamento mientras tomaba un café negro y bien caliente de su taza favorita.
El despertar temprano y poder tomarse el tiempo para disfrutar de pequeños momentos como ese que le brindaban paz de alguna manera le encantaba. Comenzar su día sin preocupaciones ahora que había terminado todo pendiente y trabajo que tuviese acumulado en su consultorio le hacía suspirar con emoción y nostalgia al saber que tendría una buena cantidad de días para poder disfrutar y dar su atención al cien por ciento a un pequeño omeguita que creía estar durmiendo a sus espaldas, notando que ya había despertado cuando escuchó un par de primeros aullidos un tanto desentonados que lo sacaron de su aura.
Volteó hacia la cama, notando al chiquillo con su torso descubierto, cabellito desordenado, mejillas sonrojadas y cuellito estirado hacia arriba que dejaba ver la preciosa marca que les unía.
Mantenía sus ojitos cerrados e hinchados por apenas haber despertado mientras echaba su cabecita hacia atrás y tomaba aire entre cada aullido para poder comenzar uno nuevo, apretando entre sus manitas la manta que lo mantuvo cálido durante la noche; además de los brazos de su alfa.
Harry rió por su nariz y comenzó a avanzar hacia la cama, con sus pies descalzos, y nada más que un bóxer negro cubriéndolo de la desnudez, dejando ver su cuerpo bien trabajado y entintado, con rizos color chocolate cayendo a cada costado de su rostro y una de sus manos aún sosteniendo la taza que fue posada sobre el tocador luego de algunos pasos.
Cuando llegó al borde de la cama, se impulsó con una de sus rodillas sobre ella y subió, acomodándose para quedar recargado en el respaldo de esta y poder estirar sus piernas hacia adelante.
-Buen día, amor.- dijo con cariño entre un espacio en silencio que el ojiazul dejó cuando se detuvo a tomar aire para seguir con aquellos lindos aullidos.
Volvió a reír y con esa sonrisa suya acompañada de hoyuelos, pasó sus manos por debajo de sus bracitos y lo alzó un poco hasta dejarlo sentadito sobre su regazo, con sus piernitas a cada uno de sus costados y sus muslitos llenos y lechosos sobre los suyos propios.
Acarició su cadera que era abrazada por el algodón del pañalito que le había puesto la noche anterior, orgulloso y nostálgico por cómo su omega iba dejando la vergüenza atrás cada vez un poco más y ahora le pedía más seguido el usar un cómodo pañal para dormir.
Louis interrumpió los pensamientos de su alfa cuando se sostuvo con sus manitas de sus hombros y volvió a echar su cabecita hacia atrás para dejar escuchar un nuevo aullido que no se escuchó más allá de la habitación, pues en realidad eran muy suaves y bajitos.
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Vanilla Milk
RomanceSimplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry. O donde Louis es un risueño, bonito y tierno omega que adora las burbujitas, los conejitos y biberones con leche de vainilla calientita, siendo mimado y protegido por su adorado alfa. 🧸...