Lucesitas navideñas

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Ya habían pasado exactamente tres días desde que Louis enfermó. Ese mismo día después de haber despertado de su siesta, no volvió a quejarse de dolor en su pancita pues su alfa le había dado medicina. No fue hasta apenas ayer cuando el dolor regresó, seguía teniendo un poco de náuseas pero no al grado de hacerlo vomitar, además de que ahora también tenía algo de fiebre y su cabecita dolía un poco.

Estaba recostadito en el sillón que estaba dentro del consultorio de su alfa, bebía su leche de vainilla de su bonito biberón el cual sostenía con sus dos manitas mientras veía "El grinch" en el celular de Harry. Traía puesto un pants suavecito color celeste, con un hoodie blanco de su alfa que él mismo le había puesto, pues quería que estuviera cómodo mientras estaban ahí. Se veía adorable y suavecito.

Harry despedía a una omega en estado que acababa de consultar, diciéndole que se acercará a Liam para que programara su próxima cita.
La omega antes de salir se acercó al omeguita y dejó una suave caricia en su cabellito, mirándolo con ternura mientras salía a la sala de espera.

-¿Cómo te sientes, amor?.- dijo Harry acercándose a su omeguita quien siguió succionando la lechita de su biberón, haciendo ruiditos entre cada succión mientras una sonrisita se dibujaba en sus labios.

-Ven acá, eres un mocosito flojito.- dijo divertido sentándose en el sillón, viendo al omeguita gatear  hasta quedar encima de su regazo.

El niño se recargó en él, acomodándose para poder seguir bebiendo su lechita. Harry alargó su brazo para alcanzar su celular que seguía reproduciendo la película que veía su omega y lo sostuvo por él para que la continuara viendo.

Después de un rato vió como la cabecita del niño se iba deslizando de su pecho y el agarre de sus manitas en el biberón se hacía débil, por lo que adivinó que se estaba quedando dormidito.

-Amor, no te duermas, hay que ponerte tu inyección bebé.- dijo Harry apretando una de sus mejillitas con cariño.

-N-no me va a doler, ¿Verdad papi?.- preguntó inseguro el omeguita viendo a Harry con un pucherito.

-No nene, solo es un piquetito y listo.- dijo Harry mientras se levantaba para buscar la inyección y demás cosas que iba a utilizar.

-Siéntate en la camilla, amor.- le indicó viéndolo obedecer como el buen omeguita obediente que es.

Louis intentaba subirse con cuidado a la camilla pero le quedaba bastante alta en realidad. Se sostuvo con sus manitas intentando subir una de sus piernitas primero pero seguía sin alcanzar. Volteó a ver a su alfa con la intención de pedirle ayuda, viéndolo reír en silencio.

-Déjame ayudarte Lou.- dijo riendo por la nariz mientras lo levantaba y lo sentaba en una orilla de la camilla.

-Mi bebito está chiquito y no alcanza...- dijo con ternura, dejando un besito en los labios del niño.

-Yo no soy chiquito... las cosas solo son muy enormes para mi.- dijo Louis jugando con sus manitas.

Harry dejó las cosas que iba a ocupar en la mesita, era alcohol, algodones, una jeringa nueva con la dosis y varias cajitas con curitas que tenían diferentes dibujitos bonitos. Después fue a lavarse las manos y se colocó unos guantes de látex.

-A ver... vamos a hacerlo rápido para ya irnos nene.- dijo Harry mientras alzaba la manda del hoodie que llevaba puesto el omeguita, dejando su bracito descubierto.

Limpió la zona con un algodón con alcohol para después preparar la inyección.

-¿Qué parte te gustó más de la película, amor?.- preguntó para distraer al omeguita y que no se pusiera nervioso con la aguja.

Vanilla MilkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora