Simplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry.
O donde Louis es un risueño, bonito y tierno omega que adora las burbujitas, los conejitos y biberones con leche de vainilla calientita, siendo mimado y protegido por su adorado alfa.
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2:00 p.m
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-¡Mira, alfita!.- Gritó Louis antes de lanzarse sobre su pancita por todo el suelo lleno de agua, riendo a carcajadas mientras veía a Tommy copiar su acción.
-Con cuidado, amor.- dijo Harry parado a un lado del chapoteadero con sus manos descansando en su cadera, viendo al ojiazul levantarse del suelo para caminar despacito de regreso a donde estaba antes de lanzarse.
Era un día caluroso y muy soleado, la primavera luciendo como si en realidad fuese el verano y dejando pasar un agradable día a todos aquellos que decidieron acudir a la apertura de ese nuevo chapoteadero muy cerca del departamento del rizado y el lindo castañito que reía con fuerza.
-¿Tienes hambre, cariño? Tienes pollito con verduritas de lonche, ¿quieres?.- preguntó Harry atrapándolo entre sus brazos cuándo llegó corriendo a él mientras se ahogaba en carcajadas sobre algo que lo hacía reír pero de lo que él no sabía.
-¡Pollito!.- dijo emocionado como si estuviese hablando de alguna golosina o algún juguete que le gustara mucho, rodeando con uno de sus bracitos el cuello del alfa y moviendo sus piernitas en un inquieto vaivén.
-Pollito, bebé, ¿cómo hacen los pollitos?.- preguntó Harry con una sonrisa, sintiendo su camisa un poco mojada por tener al menor pegado a su torso.
-Pío, Pío.- contestó Louis escondiendo su carita en el hueco del cuello del ojiverde, riendo mientras mordía su manita despacito.
-Pío, Pío.- repitió Harry riendo e imitando el sonido del animal mientras picoteaba con sus dedos la pancita del chiquillo, haciéndolo encorvarse hacia adelante cuando las cosquillitas lo atacaron.
-¿Ya no vas a jugar, LouLou?.- preguntó Tommy llegando hasta quedar al lado del omeguita quien sacó su carita de su escondite para poder ver a su amiguito.
-Voy a comer pollito, tomito.- dijo Louis sonriendo contento mientras veía a todos jugar en esos agujeros en el suelo que lanzaban agua y algunos otros resbalar por esos pequeños toboganes con distintas formas.
-Oh... yo también quiero comer pollito.- dijo Tommy rascando su cabeza mientras fruncía su ceño y achinaba sus ojos, pues al estar viendo al ojiazul hacia arriba donde el alfa lo mantenía cargado, el sol detrás de ellos lastimaba sus ojos marrones.
-¿Puedo invitarle pollito a tomito, papi?.- preguntó Louis meloso, enredando en uno de sus deditos uno de los rizos del alfa quien llevaba sus rizos perfectamente peinados y libres de los típicos moños desordenados que suele usar, con esos lentes de sol oscuros sosteniéndolos hacia atrás, la camiseta negra de botones con estampado de flores que resaltaba su piel llena de tatuajes y unos shorts de mezclilla que lo mantenían fresco.
El omeguita iba vestido con nada más que un pequeño short celeste claro que apretaba sus muslitos y resaltaba sus curvas, llevando su torso descubierto y dejando relucir esa linda pancita que el alfa llenaba a diario de besitos.
