Simplemente la vida del pequeño Louis y su amado alfa, Harry.
O donde Louis es un risueño, bonito y tierno omega que adora las burbujitas, los conejitos y biberones con leche de vainilla calientita, siendo mimado y protegido por su adorado alfa.
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4:00 p.m
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Al final del día, los tres alfas habían decidido ver películas en casa de Gemma, pues al parecer los omegas ya no querían estar más tiempo entre tantas personas, y además seguían sin dirigirse la palabra.
-¡Tengan cuidado, Tommy!.- dijo Vicky sentada en el sofá junto a Gemma y los alfas, echándose hacia atrás para alcanzar a ver a ambos omeguita subir por las escaleras.
Louis caminó hacia su habitación temporal con su boquita formada en piquito y manteniéndola bien cerrada para no hablar con su amiguito por estar enojado con él.
Abrió la puerta para entrar y al instante cerrarla en la cara de Tommy de un portazo.
-¡Oye! Yo también quiero entrar...- dijo Tommy haciendo un pucherito mientras abría la puerta y entraba a la habitación también.
Louis soltó un gruñidito mientras rodaba sus ojitos con fastidio, subiendo de un saltito a la cama para quedar sentadito y poder comenzar a quitar sus zapatitos.
Tommy solo lo veía a él y todo a su alrededor que lucía cálido y acogedor. La habitación era pequeña pero muy linda y de un color crema suave, con la cama que estaba un poco alta en realidad y algunos recuadros con fotos familiares en la pared. También había un guardarropas y un pequeño escritorio con una lámpara de noche sobre ella.
El ojiazul bajó de la cama sintiendo el frío en sus piecitos cubiertos por sus calcetitas, tomó sus bonitos tenis y los dejó acomodaditos a un lado del closet junto a sus otros zapatitos.
Abrió un cajón del escritorio frente a la cama y sacó dos barbies que había traído con él el primer día para poder jugar con ellas, sentándose en el suelo sobre la alfombra que Harry había puesto ahí para él aquella vez que la vió en la tienda con cosas para casas, decidiendo que la pondrían en casa de Gemma pues ya tenía una en su hogar.
-¿Puedo jugar contigo?.- preguntó Tommy acercándose despacito a donde estaba Louis sentadito.
-No.- contestó el omeguita girándose en su lugar para darle la espalda al otro omega, fingiendo hacer caminar a su muñequita por el espacio que tenía frente a él.
-Ándale... déjame jugar, ¿si?.- volvió a decir Tommy sentándose a un lado de Louis, alargando su mano para tomar la muñeca libre.
-¡Mhh n-no! ¡Es mía!.- gruñó el omeguita abalanzándose sobre el moreno, haciéndolo caer hacia atrás y comenzando una pelea.
Tommy quedó acostado boca arriba, teniendo a Louis sobre él con cada una de sus piernitas a sus costados mientras ambos manoteaban y se lanzaban golpes que iban a parar a alguna parte de sus cuerpos.
El omeguita castaño tomó la mata de rizos del contrario entre sus manitas, zangoloteándolo de un lado a otro, sintiendo su cabellito también ser jalado y uno que otro rasguño ir a parar en su carita.
